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El Club Dumas
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por Silvia Rodríguez
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Los amantes de los libros, la intriga, las sociedades secretas, el thriller psicológico y el mundo de lo sobrenatural tienen la oportunidad de disfrutar de éste cóctel en una de las obras más conocidas de Arturo Pérez-Reverte; el autor madrileño nos sorprende en este best-seller con una apuesta muy poco explotada por entonces en nuestro país: la mezcla a partes iguales de unos recursos literarios que enganchan al lector de principio a fin.
“El Club Dumas” puede considerarse como precursor de los éxitos derivados de los libros inspirados en el tal célebre “ El Codigo Da Vinci” y demás, y múltiples obras de la misma línea. La fecha de publicación se remonta al año 1993, así que no es tan descabellada tal afirmación.
Lucas Corso, el incansable y ambicioso protagonista de la trama, se verá envuelto en una serie de episodios de manera casual: suicidios, peligrosos secretos, enemigos sin escrúpulos, exuberantes y sensuales mujeres, grupos sincréticos... todos estos elementos aderezados con maldiciones terribles y diabólicas, trastocará la vida solitaria de un librero, acostumbrado a “saquear” librerías de viejo y bibliotecas rancias pero de gran abolengo. Lo que al principio parecerá un negocio más y un negocio rentable se tornará en una carrera entre el ratón y el gato: un secreto al descubierto y una huida incansable para salvar el “pellejo”, para procurar que no quede aquél en manos peligrosas.
Tampoco se salvan los personajes de esta lucha entre el bien y el mal, justo al contrario; todos poseen una dualidad, y, ni Corso ni el propio lector entenderá quién es el bueno, quién el malvado, ya que actúan de una manera u otra según las circunstancias y ambiciones particulares. El ritmo es trepidante, en una escapada por diferentes localizaciones; el ambiente puede considerarse oscuro, gótico, lúgubre. El tono, como suele ser habitual en el autor es tragicómico y bastante cínico, lo que, al contrario de lo que pareciera, hace la lectura más agradable ya que le aporta un aire más desenfadado y relaja la tensión dramática.
En ocasiones, personajes, trama y ambiente pueden recordar a las películas de cine negro más clásico porque aparecen algunos de sus tópicos más característicos: el poderoso rival, sus despiadados acólitos, la mujer fatal, la chica dulce y noble, la desconcertada víctima... e incluso, ciertos gestos como son el fumar y beber en exceso. Este dato, lo añado como una apreciación subjetiva.
Desconocía la obra de Pérez-Reverte; me ha supuesto un agradable descubrimiento y el principio de una buena “amistad” ( y, espero, muy larga) con el autor, prolífico y joven académico de la Real Academia de las Letras españolas. |
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