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El Capitán Alatriste
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por Elena Montejo
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El género de aventuras ha estado muy presente en la narrativa mas comercial de la última década, pero las aventuras de capa y espada habían sido relegadas a un segundo termino.
Pérez-Reverte bebe de las fuentes de Dumas, Defoe, Stendhal o Schiller, de autores clásicos, de ese tipo de libros que nos hacen soñar siendo niños y cuyos argumentos has sido llevados a la gran pantalla por las viejas glorias del Hollywood mas clásico.
Sin embargo las aventuras del Capitán Alatriste, pese a conservar el autentico sabor de este género, son un soplo de aire fresco para el mismo. La mezcla del habla de la época y el vocabulario actúa, dotan al texto de una enorme agilidad que el lector agradece. Una trama bien diseñada, sin giros excesivamente complicados, hace que los personajes se muevan con velocidad. La acción de la novela queda interrumpida por los pensamientos de Iñigo de Balboa, el no tan joven narrador, que reflexiona sobre las consecuencias políticas, económicas y sociales de los personajes históricos que conviven con los protagonistas. No es una simple reflexión, es una critica a todos ellos, pero esta voz en alto no queda atrapada en el pasado, afecta al lector haciéndole pensar lo diferente de la situación actual de no ser por la actuación errónea de ciertos reyes, aristócratas y clérigos.
Todos ellos, reales o imaginarios, se mueven por el Madrid de los Austrias, la capital de la austera corte de Felipe IV, rey de un imperio que mostraba claros signos de decadencia. Las descripciones de gradas, mentideros, iglesias y los desaparecidos Alcázares y el Palacio oficial del hijo de Felipe III, ofrecen a la narración de una mayor autenticidad histórica.
Al contrario que muchos autores clásicos, los personajes creados por Pérez-Reverte no son completamente positivos o negativos. Diego Alatriste es un espadachín que se rige por el honor, pero sin perder ese matiz de veterano curtido en la guerra, el entrañable personaje de Iñigo de Balboa posee la inocencia de la adolescencia, sin abandonar ese destello pícaro o incluso peligroso, necesario para sobrevivir en el Madrid del s. XVII.
La Némesis de nuestros héroes, los encontramos en personajes como Luis Alquezar, Fray Emilio Bocanegra o Gualterio Malatesta, fascinantes unos, simples villanos otros, pero todos ellos dotados de esa humanidad que lleva al lector, sino a compartir sus ideas, al menos a entenderlos.
Todo el relato esta plagado de personajes históricos, desde un Quevedo aficionado a los placeres del morapio, un jovencísimo Velázquez, o el poderoso Conde Duque de Olivares, conferidos de un relieve humano que escapa a cualquier libro de historia.
En esta primera entrega del Capitán Alatriste, Arturo Pérez-Reverte nos ofrece un paseo por la literatura de nuestro Siglo de Oro, cuyo valor queda reflejado en las numerosas referencias a lo largo de la novela, y que contagian la pasión del autor por estas obras.
La saga de El Capitán Alatriste merece estar en la biblioteca de lectores aficionados al genero de aventuras, los espadachines y las intrigas cortesanas.
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