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Jesús Ávila Granados
 por Lorena Jiménez

portada Ávila Granados
En su página web hay un listado de los libros que ha escrito hasta ahora y la gran mayoría son títulos dedicados al turismo. ¿por qué ese viraje a temas esotéricos?
Bueno, como habrá podido ver en mi página Web siempre me he sentido atraído por descubrir nuevos espacios naturales, olvidados por las empresas mayoristas de turismo; porque, por encima de todo, me interesa el ser humano -la antropología, en una palabra-, especialmente el artesano que trabaja con ilusión el pan, el vidrio, la alfarería, la ebanistería, etc... Fruto de ello, son algunos de mis libros de viajes ("La Alta Extremadura", "Senderos Históricos De Andalucía", "La Granada Nazarita", "Rutas Y Paseos Por Los Balnearios De Cataluña", "El Occidente De Asturias"...). Pero también tengo libros de viajes que van acercándose a lo oculto ("La Cataluña Del Císter", "El Sur De Soria", "Rutas Y Paseos Por La Baja Extremadura...), y otros, más recientemente, que, por su dimensión histórica, ya están dentro de lo que podríamos llamar literatura hermética ("Mazmorras Que Han Hecho Historia", "El Libro Negro De La Historia De España", "Enclaves Mágicos De España", "Las Sombras Del Terror"...), para llegar al último: "La Mitología Templaria", magníficamente editado por Martínez Roca. Todo un desarrollo literario que ha tenido como meta -podríamos decirlo así- lo esotérico porque, para alcanzar el nivel final, considero que era necesario ahondar, y conocer bien, en los diferentes niveles previos, la geografía, la historia, la antropología, la arquitectura y las tradiciones de los pueblos.


¿Ha sido muy difícil el tránsito de un género a otro?
No, porque lo tuve muy claro desde un principio, cuando hace 31 años comencé a escribir como periodista siempre independiente, con pantalón corto, pasando después a la literatura, con un corto ensayo, estando haciendo el servicio militar en el Cuartel del Castillo templario del Gardeny (Lleida), sobre la iglesia románica de San Pedro de Ager, en esa provincia del occidente catalán, que me publicó el CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas). Mi primer libro estaba dedicado a la ciudad de Estambul (1986), y otro, al años siguiente, sobre Turquía; en ambos, no me limitaba a hablar de las singulares ofertas turísticas de esa legendaria ciudad, y a todo el país, sino que abordaba otras dimensiones más fascinantes para comprender mejor su historia, tradiciones y los vínculos con el nuestro, desde numerosos puntos de vista. Esos libros están agotados. Me siento contento de haber tenido siempre buenos editores, que han comprendido la filosofía de mis trabajos, y los han sabido plasmar con excelentes ediciones. Ahora, desde hace unos cinco años, estoy comprometido con los temas esotéricos, no sólo como escritor, sino también como conferenciante y organizador de eventos de dimensión nacional, como el celebrado a finales de marzo pasado, en la villa de Valderrobres (Teruel), bajo el título "Primer Congreso El Matarraña Mágico", donde conté con la presencia de grandes investigadores de todo lo hermético; y se grabó un programa de "Negro Sobre Blanco", dirigido y presentado por Fernando Sánchez Dragó". O el titulado "El Solsticio De Verano 2003", de La Fresneda (Teruel), donde apoyé a varias personas que, hasta la fecha, habían sido ignoradas, a pesar de su enorme caudal de investigación. O coordinando encuentros de escritores de temas esotéricos ante la pantalla de TV, como el de los templarios, para un programa de "Tiempo De Tertulia", realizado por la productora IBECOM, y otro sobre los senderos mágicos de España.


Además ha elegido para su primer libro el tema del temple y los aspectos esotéricos que rodean a la orden. ¿le interesa especialmente este tema? ¿por qué?
Los templarios fueron los grandes protagonistas de la Europa medieval, cuyos caballeros fueron el nexo de unión entre las culturas más gnósticas del mundo oriental y las atlánticas; en medio de tales dimensiones, el mítico Mediterráneo, canal de comunicación de pueblos y civilizaciones a lo largo de los tiempos. Por ello, la Orden del Temple, que supo muy bien comprender todos y cada uno de los credos de su época, así como las más profundas filosofías, consecuencia de los elevados conocimientos adquiridos por tales intercambios, no tardaría en ser condenada por la Iglesia, que calificó a sus caballeros como herejes, y perseguidos y quemados, como antes había ocurrido con los cátaros en tierras del Languedoc. Y es ese otra dimensión, la esotérica, la que de siempre me ha cautivado; pero para llegar a ella era necesario comprender bien la historia medieval. Los templarios siempre estarán cabalgando por nuestras mentes, como jinetes que buscan la sabiduría, la cohesión entre los pueblos, la libertad, la paz y el entendimiento por encima de los credos y culturas del mundo mediterráneo.


¿Cuáles han sido sus fuentes para documentarse acerca de este tema?
Varios han sido mis maestros, en cuanto a escritores e investigadores se refiere en el estudio de la Orden del Temple, entre los cuales: Juan García Atienza, Rafael Alarcón, Javier Sierra, etc., a los cuales transmito mi agradecimiento, de alguna manera, en las páginas de mi libro "La Mitología Templaria". Sin embargo, el desarrollo posterior de mis conclusiones es el resultado de un incansable trabajo de campo, de analizar con detenimiento todos y cada uno de los lugares visitados, sopesando las analogías, incluso con construcciones muy alejados en el espacio; por ejemplo, he podido comprobar que la cruz de las ocho beatitudes ya se conocía en los eremitorios rupestres de Capadocia (Anatolia) durante los siglos altomedievales, cuando las primeras comunidades cristianas allí buscaron refugio de las oleadas musulmanas; no sería nada extraño, por tanto, que los templarios, al cabalgar por aquella meseta turca, tomaran la más sagrada cruz, que después representaron en muchos de sus edificios. También fui a Irlanda y a Escocia a buscar huellas de los templarios, relacionadas con la civilización céltica, otra fuente de inspiración de los más enigmáticos caballeros medievales. Mi libro está lleno de estas singulares analogías, lo que convierten a la obra en un instrumento de agradable lectura y lleno de interés, en todos los sentidos.


En el libro nombra multitud de lugares que tienen alguna relación con el temple. ¿cuál es su favorito? ¿cuál considera de obligada visita para los interesados del tema y para la gente en general?
Serían infinidad los enclaves hispanos relacionados con los templarios a los que siento una especial predilección, repartidos por Aragón, Cataluña, Castilla y León, Navarra, Asturias, Castilla-La Mancha y País Valenciano. En el libro, como bien indican, relaciono, por orden alfabético, los 351 lugares que el viajero deberá descubrir, y en cada uno de ellos lo que encontrará, a nivel esotérico, según los símbolos correspondientes. Lo importante del Temple no está en la grandiosidad de sus construcciones, sino en el valor del hermetismo y la comprensión de su mensaje, la cual facilito a través de las claves que aporto en la obra. Entre algunos de estos escenarios que considero de visita obligada para los amantes de los valores esotéricos del Temple está, sin duda, la iglesia de San Bartolomé de Ucero, en el corazón del río Lobos (Soria); la iglesia de Villalcázar de Sirga (Palencia); San Miguel de los Fresnos, cerca de Fregenal de la Sierra (Badajoz); el castillo de Miravet (Tarragona); Eunate y Torres del Río, en Navarra, iglesias funerarias, éstas últimas, de planta octogonal, de profundos contenidos herméticos, a las que dedico un amplio capítulo; Caracena, el pueblo maldito de las Parameras sorianas; Bordón (Teruel), donde no falta una Virgen negra; Horta de Sant Joan (Tarragona), el pueblo predilecto de Picasso, cargado de mitos y leyendas de templarios; Ágreda (Soria); Bagà (Barcelona), etc...


Un asunto que llama especialmente la atención es que a pesar de que las islas canarias fueron conquistadas por los españoles en el siglo xv allí existen vestigios templarios. teniendo en cuenta que la orden desapareció dos siglos antes, ¿cómo llegaron hasta allí?
Pues lo mismo que llegaron al Nuevo Mundo, cuestión que, aunque no podamos dar pruebas documentales de ello, sí, en cambio, es posible confirmarlo a través de los resultados cotejados. Por ejemplo, en Europa durante los siglos medievales no había minas explotadas de plata y, sin embargo, ese metal, tan valioso o más que el oro, no faltaba; gracias a tal riqueza, fue posible la construcción de las grandes catedrales góticas y también las basílicas que jalonan los caminos que llevan a Compostela. En mi libro destaco, en este sentido, los puertos de amarre de las flotas templarias. La más importante se hallaba en la ciudad francesa de La Rochelle, en la costa atlántica; y en la Península Ibérica hubo una media docena, desde las cuales dominaban los caladeros de pesca del Atlántico, las salinas del Mediterráneo, los puertos del Cantábrico y las travesías hacia Tierra Santa. Este es uno de los capítulos que me siento más orgulloso de haberlo redactado. Precisamente, desde La Rochelle, el 13 de septiembre de 1307, la flota templaria, viendo el peligro que se venía encima, levó anclas y partió hacia las brumas del Norte, fondeando en aguas de Escocia, cuyos caballeros se instalaron en Rosslyn, ciudad a unos 80 km. al sur de Edimburgo, en donde se conserva una interesante capilla, y, lo más importante, sirvió de germen para el nacimiento de la masonería.


¿Cuál cree que ha sido el mayor aporte del temple a la historia de españa? ¿qué ha quedado de los valores que imperaban dentro de la orden?
Podríamos decir que numerosos, entre los cuales, a nivel agrario y gastronómico, la potenciación del olivar y la elaboración del aceite de oliva. Es preciso tener en cuenta que la variedad arbequina, emblemática de Cataluña, fue traída de Tierra Santa por los caballeros, como podemos ver en la Torre Sala, de Les Borges Blanques (Lleida). También los templarios promocionaron las aguas termales, la fabricación de harina, la pesca del arenque y del atún en el Mar del Norte y el Atlántico; fueron los primeros banqueros y financiadores de grandes empresas -a un bajo interés-, el desarrollo de la explotación de las salinas, tanto de interior como de litoral, también se deben a ellos las carreras de jinetes con caballos de pura sangre, potenciaron la investigación de la alquimia, ciencia prohibida por la Iglesia, etc... Pero el dramático final de la Orden, en 1314, cambió lo que podría haber significado el mayor apogeo que haya conocido el mundo occidental, en todos los sentidos.


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Actualmente aún existe una orden templaria, ¿cree usted que conserva algo de la gran riqueza esotérica de la orden cuando ésta estaba en su apogeo?
Bueno, sé que existen numerosas asociaciones repartidas por todo el mundo que se designan como sucesoras de la Orden del Temple. Yo estoy de acuerdo que existan, porque, de ese modo, se irá recuperando buena parte de la profunda sabiduría que los caballeros templarios alcanzaron durante los siglos medievales. Sólo conozco una entidad en nuestro país: 'Templespaña', con la cual coincidí hace unos días en Caravaca, en el marco del Año Santo del Jubileo de esa ciudad murciana. Su presidente, Fernando Arroyo Durán, está totalmente en contra de trajes y armaduras, porque lo considera muy folklórico, y yo estoy de acuerdo, porque lo importante no está en el continente, sino en el contenido, y con un trabajo serio se podrá ir alcanzando algunos de los niveles gnósticos que los míticos caballeros llegaron a superar, por encima del tiempo, la historia y el espacio. Tenemos todo un reto por delante...


Dentro de todos sus aspectos esotéricos, ¿cuál le ha interesado o le ha llamado más la atención a la hora de investigarlo?
Son numerosos, como puede verse en los diferentes capítulos del libro. Posiblemente el árbol al que los templarios sentían un especial interés: el fresno, especie vegetal de profundas vinculaciones tanto con la cultura celta como con las de Oriente. Los santos predilectos de los templarios, que fueron cuatro: San Miguel Arcángel, San Juan Bautista, San Bartolomé y San Julián, aunque sólo hubo uno que fue realmente un freire templario, San Durán, nacido en Puigcerdà (Girona), protector de cátaros. Esto nos recuerda que, en ningún momento histórico, los templarios desnudaron su espada contra los buenos hombres de Occitania. Los números, los colores sagrados para los templarios, los símbolos serpentarios, las hidras y otros seres fabulosos, el juego de la oca, el mito del pelícano, etc.... Temas, todos ellos, que espero que el lector disfrute con su lectura.


Durante el libro nombra autores que han escrito libros relacionados con el mismo tema que trata usted en "la mitología templaria". ¿cuál le ha influido más? ¿por qué?
Probablemente, Juan G. Atienza, a quien conocí en Barcelona hace ya muchos años, y siempre me ha gustado su singular forma de desarrollar la historia oculta de nuestro país, además de otros eruditos en el tema; pero lo importante es que la investigación sea constante, que no se olvide. A mí me gusta ser agradecido con las personas que me han facilitado la más mínima información. La investigación debe ser un trabajo de puertas abiertas, y no privativo de unas cuantas personas. Por ello, no me canso de convocar constantes eventos, en donde se discutan opiniones y se aborden temas de lo más interesante para el mejor conocimiento de nuestra historia. En muchos casos, por ello, por mi condición de independencia, he llegado a conclusiones más sorprendentes, al no tener que estar influido por ninguna corriente de opinión, por lo que mis razonamientos son consecuencia de una investigación autodidacta, enriquecida con una formación de devorador de libros, de conversador nato y de infatigable viajero.


¿Piensa escribir algún libro más acerca de este tema o está pensando explorar otros?
Claro que sí. Las ciencias ocultas han formado parte de nuestro inmenso legado cultural. Nuestro país, dadas sus singulares características históricas y geográficas, es una fuente inagotable de mitos y leyendas. No es preciso buscar otros horizontes; aunque sí es necesario conocer bien las demás culturas de nuestro entorno tanto mediterráneo como atlántico, para poder comprender mejor nuestras raíces. En estos canales de investigación van a desarrollarse mis próximos estudios, pero siempre abordados con la mayor claridad y sencillez, con glosarios de términos, cronología, ilustraciones, mapas..., para facilitar su mejor comprensión.


Por último, véndame su libro. ¿por qué cree que debemos leer "la mitología templaria"?
La Orden más enigmática del mundo medieval, a pesar de los innumerables trabajos desarrollados sobre estos míticos caballeros, sigue siendo una fuente inagotable de sensaciones, en todos los sentidos, porque despiertan la curiosidad y el interés más apasionante. En mi libro, los lectores tendrán oportunidad de ahondar en los aspectos más profundos de su filosofía, descubriendo, uno a uno, todos sus conceptos esotéricos, que son los que más fascinan, sin olvidar el aspecto formal de la historia, de principio a fin; se trata de un viaje de cerca de doscientos años, centrado especialmente en nuestra geografía peninsular, donde el lector se convierte, sin proponérselo, en cómplice de los caballeros de la cruz roja en el pecho sobre manto blanco. En "La Mitología Templaria" el lector, además, tendrá oportunidad de traspasar el túnel del tiempo, y comprender, con otros valores, cuánto perdió el mundo occidental con la desaparición de la Orden del Temple.






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