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Había Una Vez Una Princesa
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por Ángela Núñez
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1835. Un país del este de Europa. Dos familias reales encontradas: los Janacek y los Stamboloff. Sandor, el rey, acaba de abdicar para cederle el trono a su hijo. En su lecho de muerte le pide como última voluntad que obtenga matrimonio con la última de los Janacek. Mandó a la princesa siendo aún bebé con la varonesa Tomilova a América, puesto que su vida estaba en peligro. Sandor le exige a su hijo que vaya a las Américas a buscarla.
Viendo el título naturalmente se puede pensar que estamos ante un cuento de hadas en el que el príncipe va a buscar a su princesa, se enamoran y todos felices. No se equivoquen.
Syefan Barany, el príncipe, está muy bien como está con sus amantes de turno sin ninguna necesidad de casarse. Lo que menos entraba en sus planes era tener que ir a por una princesa a la que ni conoce; pero dadas las circunstancias no tendrá más remedio que cumplir con los deseos de su padre. Así que cumpliría con lo acordado sin siquiera ser necesario llevar vida marital, sólo lo estrictamente necesario para dar un heredero al trono.
Con lo que no contaban es que al llegar a las Américas descubren que la baronesa murió al poco de llegar y la princesa no habría tenido la educación adecuada para su cargo. La búsqueda los lleva a una humilde taberna.
La atracción central del espectáculo en vivo es el baile de la danza del vientre, pero la bailarina usual se ha roto un pie y para que los clientes no protesten, Tania, nuestra protagonista, decide hacerlo. Con su padrastro enfermo en cama ella se ocupa de todo. Ansía que de una vez muera para tener ella así su propio negocio y no tener que depender de ningún hombre. Los malos tratos de su padrastro y las horas de trabajo sin descanso de la limpieza, el mantenimiento y las ventas del local serían recompensadas cuando la taberna fuera suya.
El príncipe y sus acompañantes dan por hecho que es una mujer de la vida fácil. La raptan para ir con ellos y cumpla con sus obligaciones. Ella naturalmente no se cree el cuento de que ella es una princesa y piensa que la han raptado para venderla como prostituta.
A los personajes la escritora les da autenticidad. Se podría pensar a la princesa sumisa y remilgada pero nos encontramos con una chica en la que no lo ha tenido nada fácil. Por otro lado comienza una atracción entre uno de los acompañantes y ella. Es el que tiene que cuidar de ella hasta que se case. Y ahí está la pregunta: si se supone que debe tener un final feliz y casarse enamorada de un príncipe, ¿qué ocurrirá si se enamoran el acompañante y ella?
¿Podrá ella escapar de sus captores? ¿Cómo demostrará que no es una prostituta? ¿Aceptará la amante actual del príncipe que se case...?
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