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| El Camino Del Amor
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| por Ángela Núñez
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Nos adentramos en pleno Oeste americano en Texas, en el año 1982. Casey Straton es una joven temperamental que, ante la negativa de su padre de encargarse del rancho familiar, decide demostrarle que ella es válida para cualquier cosa y escoge la profesión más peligrosa y que sólo la hacen los hombres: ser caza recompensas. Se corta el pelo por encima de los hombros, se pone unos pantalones para mayor comodidad al montar a caballo y un poncho por encima de los hombros ocultan sus curvas; así desenfunda su revólver más rápidamente. Su idea es obtener el dinero suficiente para traerlo a casa y así regentar el rancho. Dan por hecho que es un chico joven.
Se cruza con Damián Rutledge III; es un hombre del Este que busca al asesino de su padre y contrata a Casey con una alta suma de dinero para capturarlo. Y ahí empieza la aventura.
Johanna Lindsey sabe enseñarnos cómo era el pleno oeste en esa época. Cómo se viajaba en ferrocarril, las ciudades que empezaban en aquellos lejanos lugares. El polvo del camino que se insertaba en los ropajes, la comida, el funcionamiento de un rancho, y las leyes (cómo iban en la época). Ambos personajes se cruzan con asaltantes de diligencias, forajidos e incluso viene incluido el tiroteo en medio de la calle central de un pueblo. Nos recuerda a aquellas películas viejas del Oeste.
Damián en un principio no se da cuenta que es una chica y ella no se molesta en negarlo. Cuando se entera se enfada realmente, pero ella sabe muy bien desenvolverse en su trabajo y sabe cómo rastrear para encontrar al asesino del padre de éste. Así comienza una atracción entre los dos.
Si hay algo que encontrarán en esta novela es aventura. tiroteos, viaje a caballo a Texas, a Chicago, y un recorrido por todo el Oeste los llevan a aventuras peligrosas en la que sus vidas estarán en serios apuros.
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