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Camposanto
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por Carlos Moreno
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Resulta evidente que "Camposanto" puede ser leído desde dos ópticas. La primera de ellas es la común en la mayoría de los casos, la óptica de alguien que se enfrenta a un libro con un conocimiento mínimo de lo que en él se expondrá. La segunda óptica en el caso de "Camposanto" es la del conocedor de la obra del periodista Iker Jiménez, director y conductor del exitoso programa Milenio 3 de la Cadena SER. Y no me estoy refiriendo sólo a saber que, tal y como ocurre en las madrugadas de Milenio 3, alguien nos hablará de misterios, enigmas y sucesos que traspasan los límites del conocimiento científico, sino que me refiero a la plasmación del carácter y las experiencias del propio periodista Iker Jiménez en el papel del protagonista de "Camposanto", Aníbal Navarro. Eso para los desconocedores de Jiménez y su programa, pasará inadvertido e, incluso, las continuas referencias y alusiones al mundo de la radio y a un “popular programa de radio” que aparecen en la novela resultarán algo pesadas.
He dicho novela. Y es que a pesar de la experiencia del autor en la publicación de artículos y libros de ensayo, ésta es la primera incursión en el terreno de la ficción. Para ello, Jiménez lleva la novela a su terreno, el de la investigación de lo paranormal. La historia nos presenta a un periodista radiofónico, Aníbal Navarro (alter ego del autor), que se ve interesado por la muerte, treinta años atrás, de otro afamado periodista de lo misterioso, Lucas Galván, en extrañas circunstancias: sobre una tumba en un remoto cementerio. Navarro investiga más sobre los últimos días sobre su compañero par descubrir los tormentos y alucinaciones que parece haber sufrido en sus últimas semanas de vida. Para avanzar en el caso, se pone en contacto con el entorno de Galván y descubre la misteriosa relación de éste con un pueblo fantasma que desapreció hace siglos en los Montes de Toledo. Poco a poco, esta trama, que se desarrolla de forma demasiado casual ya que el investigador encuentra las pistas casi por sorpresa y sin que la investigación llegué a cautivar al lector, se entremezcla con una segunda trama mucho más interesante y que tiene como eje central de desarrollo la figura y obra de El Bosco.
Los pasajes que nos remiten al pasado del pintor están muy bien tratados, ambientados y documentados. En estos se nos descubre a un poseído por unas experiencias únicas en la frontera de la vida y la muerte que le servirán como inspiración para sus polémicas y sugestivas obras. También nos descubre la fascinación que Felipe II sufre por las obras del artista. Hay que reconocer el mérito de Jiménez a la hora de conducir la magia de las obras de El Bosco (cuyos contenidos e interpretaciones son polémicos incluso hoy en día) al terreno de la novela y como conjuga las dos acciones, de presente y pasado. En la segunda parte de la obra, Navarro descubre las implicaciones de las pinturas pensamientos de El Bosco con los sucesos que marcaron la muerte de Galván y que ahora ponen en peligro la suya. Para no desvelar más aspectos de la trama, decir que el lector se encontrará con archiveros, bibliotecarios, guardias de museo, compradores de arte, monjes y sacerdotes y hasta organizaciones religiosas secretas.
El resultado final es una novela que sabe captar la atención del lector empezando por desarrollar una investigación sobre una muerte en extrañas circunstancias (que, como ya se ha dicho, parece avanzar a trompicones casuales) para luego saber aportar interés a través del papel de El Bosco -y de todo lo que parece rodear a sus creaciones, que prefiero no desvelar- y de que empieza a aparecer una amenaza real -y también sobrenatural- sobre la figura del protagonista y sus compañeros de pesquisas. El final nos desvela algo que un lector atento puede intuir antes de que nos sea revelado, pero Iker Jiménez sabe dejar esa huella en el lector que recordará la novela siempre que alguien cite a El Bosco. Desde luego, los seguidores de Milenio 3 y del carismático periodista disfrutarán de la novela y de cómo el autor expone el desarrollo de un trabajo que es el suyo y que, por tanto, tiene un valor añadido de experiencia, y es precisamente ese intento de abordar la novela como si de un caso real se tratase lo que la hace más verosímil y más atractiva para aquellos acostumbrados a dejarse seducir por historias inquietantes y capaces de generar miedo. Aunque por si alguien cree que todo lo que allí se dice es real, tiene dos páginas al final del libro donde se especifica lo que “es cierto…”. |
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