comentarios de libros agapea.com
ir a la home
ir al listado de comentarios
ir al listado de entrevistas
ir al listado de articulos
ir a contacto
ir a ganadores sorteos
ir a articulos de enigmas pendientes
ir a articulos de psicologia
ir a articulos de literatura
  

Bruno Cardeñosa
 por Carlos G. Fernández

EL DÍA DE MAÑANA (Ed. Temas de Hoy) presenta las grandes cuestiones que pueden determinar el futuro del hombre y de nuestro planeta. Algunas están relacionadas con los grandes avances científicos y técnicos y con el uso que el hombre hará de ellos, otras, con el hecho de que el planeta se nos está quedando pequeño o con la inquietante tarea de dilucidar cómo será el hombre del futuro. Su autor, Bruno Cardeñosa, desgrana de forma amena y rigurosa cada uno de estos aspectos para abrir un debate sobre un mundo mejor.
portada Cardeñosa
Las fuerzas de la naturaleza fueron dioses para nuestros antepasados, sin embargo nosotros apuntamos a domesticarlas, a veces por intereses mezquinos, ¿serán las temidas tempestades un instrumento de poder del hombre contra el hombre?
Y ahora los dioses somos nosotros. El control del clima -y más en concreto de circunstancias climáticas concretas- ha sido un deseo de muchos científicos durante el siglo XX. Ahora, esos intentos están en manos militares. De hecho, uno de los proyectos discretos y casi secretos sobre el que hablo en EL DÍA DE MAÑANA tiene como fin convertir el control del clima en un arma antes del año 2025. Gracias a ello pretenden, por ejemplo, incrementar mareas, aumentar o disminuir la potencia de las lluvias o incluso gobernar la dirección de huracanes o ciclones. De hecho, ya se están desarrollando mecanismos gracias a los que se pueden lograr lluvias o sequías en zonas muy concretas emitiendo determinadas sustancias químicas.


Pero eso no es necesariamente negativo...
Lógicamente, eso no es negativo si los objetivos que se buscan tienen un fin favorable, pero no parece ser siempre el caso. De lo que alerto en mi libro es de las consecuencias negativas que podrían tener en el futuro todas estas prácticas. Es como desviar el cauce de un río: al final volverá a su curso de forma violenta. Lo mismo puede estar ocurriendo ya al nivel global con la atmósfera y el clima. Es decir, ya somos dioses, pero nos hemos dejado la conciencia por el camino.


¿Tendrán más valor que hoy el aire puro, el agua potable y los recursos naturales?
Sin duda. En poco tiempo el control de las fuentes naturales de agua potable va a ser motivo de grandes conflictos e incluso de guerras. De hecho, en aquellas zonas donde escasea, ya es un parámetro muy importante. En conflictos como los de Irak o Palestina este asunto ya está muy presente aunque los medios de comunicación apenas lo reflejen. Cuando algo empieza a ser necesario y escaso pasa a convertirse en motivo de negocio y conflicto. Y el agua potable ya lo es en muchos enclaves del planeta, porque ha disminuido en cantidad de forma alarmante en las últimas décadas. No somos conscientes de que el desarrollo no sostenido ni equilibrado está provocando situaciones gravísimas.


Es decir que el agua podría ser motivo de guerras como lo es hoy el petróleo...
Si el petróleo ha sido y es un motivo de disputa y guerras, el agua también lo va a ser. Ya es oro azul. Hay que ser conscientes de que el ser humano es el causante del cambio climático. Tenemos que tomar medidas ya. El problema es que aquello que está dañando la riqueza de la Tierra también es un gran negocio, pero como digo en EL DÍA DE MAÑANA, esperemos que cuando dentro de unas generaciones estudien nuestro tiempo no recuerden a los hombres de comienzos del siglo XXI como aquellos que no hicieron nada por salvar el planeta. Lograrlo es un reto maravilloso.


Y si jugamos a ser dioses, ¿podremos clonar a jesús, como se plantea desde algunos foros?
Ésa es una de las preguntas que me hago en el libro. Analizo hasta qué punto podrá llegar la ciencia. Ciertamente, gracias al desarrollo de la genética, muchas fantasías de la ciencia ficción podrán hacerse realidad. De momento, ya se ha extraído sangre de la Sábana Santa y se conoce cuál era el grupo sanguíneo de aquel hombre. En no mucho tiempo, las técnicas de depuración de muestras permitirán que evidencias tan dañadas por el paso del tiempo con la sangre de la Sábana Santa puedan recuperarse y extraerse de ellas ADN. A partir de ahí, clonar al hombre que fue envuelto en ese lienzo será cuestión de voluntad. Ahora bien, sea o no Jesús de Nazaret quien estuvo envuelto en esa sábana, de este modo sólo se clonaría la parte física, el continente, pero no el contenido de la persona. A lo sumo, tendríamos una persona que sería igual a Jesús pero sólo en lo físico. Ahora, la pregunta es otra, ¿pretendemos que la clonación sirva para este tipo de demostraciones de poder? Lo que pretendo con este libro es abrir la mente y señalar que podemos dar a la ciencia un uso ridículo o emplearla para el bien común haciendo de la clonación una forma de enfrentarnos a enfermedades que de otro modo no pueden curarse. Ese es el futuro que deseo que se cumpla.


"Destruirnos no significa hacernos desaparecer para siempre. Eso es casi imposible que ocurra aunque pongamos nuestro empeño en ello. El riesgo es que colapsemos y volvamos a una suerte de Edad Media postecnológica. Eso sí puede pasar."



Dependemos cada vez más de la tecnología, ¿será capaz de manipularnos en el futuro? ¿seremos esclavos de los chips? ¿perderemos la libertad y la intimidad entre aparatos electrónicos?
Seremos esclavos de unos sistemas de vigilancia electrónica -por ejemplo a través de chips que ya se han desarrollado y que se insertan bajo la piel- en la medida en que nos dejemos manipular por los poderosos. Si nos convencen de que insertarse esos mecanismos de control físico y mental es bueno para nuestra seguridad, entonces el hombre perderá su libertad, su intimidad y su derecho a ser diferente al resto. Ese proceso ha comenzado. Cada día se fabrican nuevos enemigos, nos alertan sobre nuevas amenazas y riesgos. En definitiva, se emplea el miedo con el objetivo de que nos creamos vulnerables y entreguemos nuestra voluntad a quien asegure tener mecanismos para fortalecernos frente a esas amenazas. No debíamos dejar que eso pase.


La tecnología sin embargo podría traer en el futuro mayores y mejores remedios contra las enfermedades, ¿es esto una utopía?
Puede y debe servir para eso. Una de las utopías realizables es que se geste una revolución general contra los actuales mecanismos que rigen los sistemas de salud que, en realidad, son sistemas de enfermedad, bajo los cuales los pacientes se convierten en clientes. La salud se ha convertido en un lucrativo negocio. En el libro ofrezco una serie de pequeñas pistas que espero sirvan para que despertemos ante esa situación. Ojalá pueda pasar eso. Y la tecnología, por supuesto, servirá de ayuda para ello, pero siempre que la apliquemos como beneficio para el enfermo y no como beneficio para un sistema corrupto como el que tenemos ahora.


¿Traerá el futuro respuestas a las preguntas sobre quienes somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos?
Ojalá sí. De lo que estoy seguro es de que el día de mañana será positivo y luminoso, siempre y cuando esas preguntan sigan siendo los grandes retos y enigmas a los que se enfrente la especie humana. Porque preguntarnos eso es lo que ha servido para que lleguemos hasta aquí. Al margen de ello, la búsqueda de la inmortalidad seguirá siendo una meta que, en cierto modo, se logrará gracias al desarrollo de la informática. Nuestro cerebro es como el disco duro de un ordenador que guarda todo lo que hemos sido, lo que hemos vivido y lo que hemos sentido. ¿Qué pasará el día en que podamos extraer la información de ese disco duro del mismo modo que ahora extraemos datos de un PC gracias a grabar un CD? Cuando eso se consiga, y se está intentando, de alguna forma seremos inmortales.


Y todo lo que pueda traernos de bueno el futuro estará condicionada a que alcancemos ese mañana sin destruirnos antes...
Destruirnos no significa hacernos desaparecer para siempre. Eso es casi imposible que ocurra aunque pongamos nuestro empeño en ello. El riesgo es que colapsemos y volvamos a una suerte de Edad Media postecnológica. Eso sí puede pasar. Hemos entrado, en lo ecológico, en lo político, en lo demográfico, en lo social. en una serie de callejones que tienen salida de momento, pero que exigen una rectificación para devolver las cosas a su sitio antes de que se cierren los horizontes. Es la batalla del hombre contra el propio hombre. Es el momento de utilizar las mismas ‘armas’ que hemos empleado hasta ahora para alcanzar lo que hemos alcanzado, pero haciendo un uso de ellas más consciente.






Imprimir entrevista  /  Enviar por email
Comentarios De Libros Del Autor/a
1 - El Día De Mañana
2 - 11-M: Claves De Una Conspiración
3 - El Misterio OVNI
Otras Entrevistas Con El Autor/a
1 - por Francisco J. Vázquez [ Noviembre de 2003 ] 
2 - por Francisco J. Vázquez [ Agosto de 2006 ] 
3 - por Miguel Pedrero [ 22 de Febrero de 2008 ] 
4 - por Francisco J. Vázquez [ 03 de Abril de 2009 ]