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11-M: Claves De Una Conspiración
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por Francisco J. Vázquez
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El 11 de Marzo de 2004 fue una fecha trágica que no podrá olvidarse jamás ni en España, ni en Europa, ni en el mundo. Está marcada en el calendario con la sangre de centenares de personas (ciento noventa y dos muertos y casi mil quinientos heridos de diversa consideración) que fueron víctimas en Madrid de la barbarie terrorista, de la sinrazón de aquellos que ven justificación en lo injustificable, de seres humanos que amparándose en no se sabe qué supuestas creencias avalan la muerte de semejantes por el simple hecho de poder contar con la libertad y la opción de no pensar como ellos. El 11-M fue una fecha maldita, una fecha que se nos ha grabado en el corazón ante la mezcla de sensaciones: incredulidad, asombro, impotencia, lágrimas, dolor....
Mucho se ha escrito ya acerca de los acontecimientos del 11-M, hechos que cambiaron el transcurso de la política de un país como España, que en los últimos años había optado por un posicionamiento internacional alejado no sólo de la tesis tradicional en la que se suponía debía estar, sino incluso opuesto a gran parte de una ciudadanía que no comprendía cómo su gobierno nos embarcaba en una guerra que a todas luces era, cuanto menos, de justificación moral ambigua y de justificación legal dudosa, por no decir ilegal.
Pero pese a lo escrito ya sobre aquellos atentados, donde la prensa, la opinión pública y la opinión política tanto nacional como internacional hicieron y aún hacen cábalas sobre mil y un puntos de vista (intentando analizar cualquier detalle que pueda poner en la palestra algo en claro sobre el mayor acto terrorista cometido en suelo europeo), hay veces en los que determinados trabajos de investigación sorprenden por la dureza y la claridad con la que se exponen unos hechos de los que todos fuimos, en gran medida, testigos y víctimas. Uno de esos trabajos, impactante donde los haya, es el que ha elaborado Bruno Cardeñosa y que ha publicado bajo el título de 11-M: CLAVES DE UNA COSNPIRACIÓN.
En él, Cardeñosa no tiene reparos en dejar patente la cantidad de flecos y evidencias que estos acontecimientos parecen tener respecto a que no fueron sólo una barbarie intentando crear el pánico y el desconcierto generalizado (cosa que consiguieron, qué duda cabe, debido a la fuerza de un acto tan diabólico y cobarde), sino que había detrás desidia por parte de determinados organismos, e incluso posible mala fe (o cálculos erróneos, que también puede ser el caso) en cuanto a la gestión de documentación tanto de avisos previos como de posibles señales que, a todas luces, no fueron suficientes para evitar semejante tragedia.
Así, y siempre según el autor, hay datos que, cuanto menos, deben dar pie a una reflexión y a más de una duda (¿razonable?). Por ejemplo, la fecha de los atentados no fue elegida al azar, sino que tras ella se esconde una extraña y macabra explicación. El 11 de Marzo es un calco de los acontecimientos cometidos en New York en otra fecha fatídica: 11 de Septiembre de 2001. Curiosamente, el atentado se produce con una diferencia de novecientos once días (y atendiendo al calendario americano, donde el mes se pone siempre delante del día), nos encontramos con que tenemos [9-11], o lo que es lo mismo, [Septiembre, 11]... curiosa coincidencia. Más coincidencias. El 11-S se utilizaron cuatro aviones. El 11-M se utilizaron cuatro trenes. Ambos atentados ocurrieron a primeras horas de la mañana, y fueron cometidos sobre trabajadores, sobre gentes de la calle que acudían a su trabajo. Por supuesto, el día (11) es también una de esas coincidencias...
También se aborda en el libro el aparentemente y desmesurado interés que tuvo el gobierno en achacar los atentados a otra banda criminal, ETA, a la que todos creímos responsable en los primeros momentos, pero que a lo largo ya de la mañana y en según qué medios se empezaba a descartar por tratarse de un acto incluso demasiado bárbaro para unos criminales que, en los últimos tiempos y gracias a la actuación de las Fuerzas de Seguridad del Estado, apenas tenían posibilidad de planear (así que mucho menos perpetrar) semejante locura. Sin embargo, desde posiciones gubernamentales se insistía una y otra vez en achacar la autoría a unos y en excluir (o no mencionar) a otros, pese a que ya había indicios (una furgoneta, una cinta, material diferente al utilizado por unos para perpetrar el atentado...) de que el terrorismo islámico podía estar involucrado. Ángel Acebes, Ministro del Interior entonces, afirmaba con rotundidad a las 13.30 horas del mismo día del crimen que el atentado había sido obra de ETA y descalificaba a los que sostuviesen lo contrario. Una hora después, el Presidente del Gobierno, en rueda de prensa, dice que los han matado por ser españoles. En fin... ¿consecuencias de esta gestión informativa sobre los atentados? Pues que en apenas tres días la opinión pública española se siente traicionada, y cambia su intención de voto, manifestando masivamente lo que a muchos gobernantes (de antes, de ahora y futuros) más de una vez puede que se les olvide: que el poder de un país reside en el pueblo, y que no se puede gobernar dando la espalda a éste.
Otros datos recogidos en el libro 11-M: CLAVES DE UNA CONSPIRACIÓN, y que sin duda serán del interés del lector que se adentre en la obra de Cardeñosa, es que meses antes de los atentados varios servicios secretos alertan a España de la posibilidad de que se cometa una acción de proporciones dramáticas en suelo español (entre ellos los marroquíes, los italianos e incluso los noruegos). También, siempre según el autor, se afirma que incluso presos en poder de los norteamericanos habían delatado que esto podía ocurrir (como el mismísimo Ranzai Binalshibh, coordinador de los atentados del 11-S y que pudo llegar a decir que agentes marroquíes preparaban una barbarie en España). Si esto fue así de veras... ¿para qué sirvió la foto de las Azores? ¿Por qué no informó EE.UU. a uno de sus aliados en esa guerra tan extraña de que esa información había aparecido?
Miles son las preguntas que uno se puede llegar a hacer una vez leído este libro, y miles los datos que Cardeñosa pone a disposición de los lectores en un trabajo de investigación que sin duda será polémico y controvertido. 11-M: CLAVES DE UNA CONSPIRACIÓN sacará a la palestra la posibilidad de que todo lo acontecido sea algo más que lo que por sí ya fue (un crimen contra la humanidad que nos dejó marcados a todos, ya que faltan doscientos): una conspiración en toda regla donde al final siempre, los inocentes, son los afectados. Su lectura, puedo garantizar, no les dejará indiferentes. |
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