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Tierra Audaz
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por Mª Isabel Herrero
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Una vez más la Historia sirve como telón de fondo para recrear el romance entre los dos principales personajes. En esta ocasión, la autora nos traslada a la Escocia del siglo XVI, para narrarnos las aventuras y desventuras de los clanes escoceses y sus luchas contra Inglaterra, sin olvidar las propias luchas intestinas en Escocia. La rivalidad existente entre Inglaterra y Escocia ha servido a muchos escritores para tejer la trama de sus novelas, y en especial las novelas histórico-románticas, o romance histórico como lo denominan algunos críticos. Y es que Inglaterra siempre ha considerado a la zona norte de Gran Bretaña, esto es la actual Escocia, Northumbria en tiempo de los sajones, como un mero condado que debía anexionarse sin otro particular motivo. Pero al ver que sus habitantes no iban a someterse tan fácilmente, a los monarcas ingleses se les ocurrió la brillante idea de casar a sus nobles con mujeres escocesas, para que ambos pueblos convivieran unidos y en paz. Este es el punto de partida de la novela de Jude Deveraux. Encontramos al noble inglés Stephen Montgomery, quien es recompensado por su valor con una mujer escocesa: Bronwyn MacArran. Ni que decir tiene que ella no está dispuesta a someterse en ningún momento a lo que le imponga el rey inglés. Y es ahí donde surge el romance. La obstinación de la chieftain del clan al no estar dispuesta a ceder terreno a su marido. Sin embargo, como en todo romance histórico la pasión entre ambos derribará las barreras que van surgiendo en su camino. Y pese a su rechazo Bronwym irá sucumbiendo poco a poco ante los encantos de Stephen. No obstante, el papel que representa el personaje de Bronwym es el típico de aquella época. Los escoceses no estaban dispuestos a someterse, como he señalado, y de ahí su empeño en rechazar una y otra vez a su marido, pese a que en su interior ella sienta algo por él. Siguiendo con el personaje de Bronwym cabe resaltar su decisión, valentía, entrega, arrogancia y preocupación por todos los miembros de su clan, ya que al fin y al cabo ella es su jefa o chieftain. Éste era el encargado de mantener a todo el clan, velar por su bienestar y su seguridad. Estos atributos los ha captado a la perfección la escritora. Pero no sólo la rivalidad entre ingleses y escoceses está presente en la novela. Las propias luchas entre clanes también son el reflejo de la sociedad medieval escocesa. Las divergencias entre los clanes Macarran y Macgregor se resuelven al final con un matrimonio entre miembros de ambos clanes. Ese mismo matrimonio entre Stephen y Bronwym que simboliza la unión entre ambos países, culturas y sociedades. Lo que la escritora, Jude Devereaux está retratando es el tránsito de las sociedad medieval escocesa de los clanes a una sociedad más moderna representada por Inglaterra. Llama poderosamente la atención a lo largo de toda la obra, los intentos desesperados por parte de Stephen de adaptarse a la cultura y el estilo de vida de los clanes escoceses de la Edad Media. Y al mismo tiempo el rechazo de Bronwym por que ve que Stephen pretende ser un escocés sin serlo. Para ella sólo los que han nacido en aquellas tierras, las Highlands, merecen ser llamados como tales. Por lo tanto, todo lo que haga él por ser un escocés no es visto con buenos ojos por Bronwym; y más si nos fijamos en cómo los demás miembros del clan acaban aceptándolo como a uno más. De igual manera que Bronwym es aceptada por la familia de Stephen cuando viajan a Inglaterra para visitarlos. Ella se sorprende del trato recibido, pues piensa que todos los ingleses son seres despreciables. Pero cuando conoce a Judith, su cuñada, y a los hermanos de Stephen se da cuenta de lo equivocada que está. El amor siempre triunfa en este tipo de novelas. Siempre hay un final feliz. Pero ese final feliz se produce por que Stephen llegado el momento es capaz de salir en defensa de ella y de su clan. Y no duda un solo momento en hablar con el propio rey inglés, para que cesen las incursiones de castigo en las Highlands. Tal vez sea la prueba que le indica a Bronwym que su marido, pese a ser inglés, posee también algo de escocés debido al cariño que ha adquirido por el pueblo de Bromwym. Como nota final, basta señalar que el romance de ambos protagonistas está continuamente salpicado de guiños cómicos por parte de la autora para hacer la trama más interesante y amena. Las continuas discusiones verbales y escenas de desencuentro no son si no aderezos complementarios que animan al lector a no dejar la narración.
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