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Las Indias Negras
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por Francisco J. Vázquez
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Cuando comencé a leer “Las Indias Negras” no podía imaginar que resultaría, a la postre, un libro tan interesante y sobre todo, un libro tan lleno de intriga, suspense y con un carácter tan didáctico como el que he descubierto en él.
De todos es sabido que Julio Verne era, ante todo, un enamorado del conocimiento, y de él hacía gala en sus libros. Pues bien, éste no iba a ser una excepción, y aquí nos instruye a todos, al tiempo que avanza en el desarrollo de su novela, en teorías y conocimientos geológicos que nada tendrían que envidiar al del mejor catedrático de universidad. Y es que Verne era además de novelista un excelente comunicador.
Por su título, el libro puede parecer avisar de que se trata de una historia de aventuras en un lugar paradisíaco. Nada más lejos de la realidad. La novela se centra en “Las Indias Negras”, nombre que se le daba a las hulleras carboníferas por parte de los ingleses, debido sobre todo a que la extracción del mineral daba casi tantos beneficios económicos como los sacados de sus colonias en el Este.
La novela es una fabulosa historia donde un viejo minero llamado Simon Ford y su hijo Harry descubren, tras un empeño de varios años considerado por muchos casi como una quimera, encontrar un nuevo yacimiento en un lugar que se creía ya explotado y agotado en su totalidad. A partir de ese descubrimiento, y tras una serie de sabotajes que impiden que ese descubrimiento vea la luz, Verne desarrolla una apasionante aventura cargada de los elementos más significativos de su género de aventuras.
Para aquellos que no habían leído aún ningún libro de Julio Verne esta es una muy buena oportunidad de empezar. Descubriréis a un hombre con una imaginación difícil de superar, que a cada línea os mantendrá más y más atrapados.
“Las Indias Negras” es una de esas maravillas literarias que hay que animar a la gente a leer. Un libro tan maravilloso no puede permanecer oculto a la lectura de las nuevas generaciones.
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