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| Terrores Nocturnos
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| por Francisco J. Vázquez
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La noche está llena de secretos, de miedos ocultos en las sombras, de recelos ante los sonidos que se revelan desde rincones apartados de nuestro campo visual donde lo inanimado cobra vida, se mueve, se desplaza y nos susurra que no todo es lo que parece; que lo desconocido, lo enigmático, también forma parte de nuestro entorno, de nosotros. Desde la oscuridad surgen nuestros más pavorosos temores, se desbocan los miedos que nos atenazan desde lo más profundo de nuestro ser, quedando libres de nuestro control al amparo de nuestras debilidades...
TERRORES NOCTURNOS es el primer trabajo enmarcado fuera de la investigación de fenómenos extraños y de índole paranormal con el que nos obsequia Lorenzo Fernández Bueno, su autor. Acostumbrados como estábamos a sus ensayos elaborados al abrigo de sus numerosos trabajos en prensa escrita, televisión y radio, éste libro nos sorprende dejando al descubierto la vena más imaginativa del andaluz de Villanueva del Arzobispo (Jaén).
Inspirándose en casos reales con los que se ha encontrado a lo largo de sus muchos años de trabajo en el ámbito de lo extraño, Fernández Bueno recrea situaciones escalofriantes que engullen al lector dentro de una maraña de sucesos que evocan los más terroríficos miedos. Consigue extrapolar las historias a las vivencias de cada lector, haciéndolos protagonistas de la situación narrada. Y evocando con ello, qué duda cabe, nuestros miedos más ocultos.
Si hay algo que destaca Lorenzo en TERRORES NOCTURNOS es que por mucho enmascaramiento literario que tengan los diez relatos que componen este volumen, la realidad supera con creces a la ficción. Los mitos, las leyendas, los recuerdos que nos presenta en el libro son tan parte de nosotros mismos como de los propios personajes, elementos modificados en personalidad, lugar y tiempo pero que esconden tras ese embozo seres reales a los que los acontecimientos desbordaron.
Quizá, cuando el lector se embarque en la apasionante lectura de ésta obra, su mente se haga eco de que todo lo que encontrará ahí fue protagonizado por alguien tan anónimo como lo es ahora mismo él o ella... y puede que un escalofrío recorra su espalda al pensar que, tal vez, mañana pueda ser también protagonista de fenómenos similares. A fin de cuentas la línea que separa lo imaginario de lo real es tan débil...
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