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Los Peregrinos Del Camino De Santiago
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por Silvia Rodríguez
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El Camino de Santiago es, sin lugar a dudas, un atractivo para muchas personas que ven en él no sólo un motivo para realizar una escapada lúdico-artística, deportiva o religiosa, sino que muchos aventureros peregrinos trascienden lo terrenal para experimentar una especie de renacimiento, una "vuelta de tuerca", un cambio de visión o de rumbo en sus vidas; dicen que, quienes lo han recorrido con este fin, no han vuelto a ser los mismos.
La historia del fenómeno de la peregrinación es muy antiguo y todas las culturas han sentido la curiosidad o la obligación, por el motivo que fuese, de visitar lugares mágicos, ya porque se tratasen de fuentes de un gran poder natural capaces de "recargar" la energía vital, o de enterramientos en los que se hallaba sepultado algún personaje revestido de un halo de santidad. Fuera la razón que fuera la que llevara a tantas almas a esta dura y peligrosa aventura, se trata de un fenómeno arraigado y, casi se puede decir, innato a la condición humana.
Antes de que la Iglesia, tal y como la conocemos hoy en día, y más concretamente la Orden monástica de Cluny se "apropiase" de un Camino que ya estaba antes de la misma fundación de la Orden, éste poseía un significado más de iniciación que religioso; así, el peregrino se embarcaba en una búsqueda interior, más que el mero cumplimiento de un precepto religioso, como más tarde se implantaría. Y es que la Iglesia también tomaría para sí el sentido transformador y místico de la peregrinación, convirtiéndola en un motivo de "ganarse el cielo" y, también por qué no decirlo, en un rentable negocio si hablamos de la gran infraestructura que creó, contando los edificios religiosos, hospitales y albergues que se fundaron, así como la obligatoriedad de cumplir con unos preceptos y reglas, que hacían que se visitasen ciertos lugares para rendir culto a tal mártir o santo.
En este completísimo libro encontramos desde los orígenes de las vestimentas del peregrino, a normas de por donde se debía ir y por dónde se desaconsejaba por la peligrosidad de ciertos tramos, anécdotas de peregrinos de todas las épocas, e incluso de los supuestos mensajes "ocultos" que, dicen, están presentes en multitud de construcciones, realizados por unos maestros canteros y que van dirigidos a los que buscan ese sentido misterioso y sincrético. E, incluso, se atreve a aventurar el autor que en la populosísima tumba reposan los restos de un personaje que no es precisamente el apóstol Santiago, teoría obtenida y aceptada por los amantes de lo heterodoxo.
¿Quién sabe la verdad? Sólo el/la lector/a tiene la oportunidad de descubrir tales enigmas.
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