|
La Noche De La Loba
|
por Francisco J. Vázquez
|
|
Alea es el Samildanach: lo ha comprendido y ha empezado a entender su papel en este mundo de locos en el que se ha convertido Gaelia. Por fin asume que es ella la que tiene que poner orden y paz en el desorden creciente en que se han sumado los diferentes Estados de la Isla, donde rencores olvidados, sed de poder, venganza y, sobre todo, la mano oscura del Portador de la Llama de las Tinieblas, Maolmorda, han iniciado una espiral de destrucción de los valores y el orden que hacen imposible una salida pácifica a la crisis.
En toda la isla la guerra se ha apoderado de cada uno de los rincones. Ya no hay habitantes de gaelia, sino bandos que luchan por seguir o por conseguir una parcela de poder dentro de un trozo de tierra que no está claro a quién pertenece. Gaelia se muere, y lo hace de la peor manera posible: poniendo a sus habitantes en contra de sus creencias, en ocasiones también de sus deseos y enfrentándose a aquellos que no hace mucho eran sus aliados.
Todo se resquebraja. Los druidas ya no están uniodos: unos están del bando del poderoso ejército de la Reina Amina. otros han empezado su búsqueda de la verdad al lado del Ejército de la Libertad de Alea, y al mismo tiempo la religión se convierte en un arma arrojadiza entre aquellos que han abrazado al Dios de los cristianos y los que se mantienen fieles a las enseñanzas de la Moira, una fuerza ancestral y poderosa que sin embargo no consigue mantener la unión del propio pueblo. Y es que la sed de poder, unido al fanatismo religioso, están haciendo que la magia desaparezca y se pierda lenta y dolorosamente.
Alea ha de concluir su misión, descubrir el verdadero significado de las tres profecías de las que ella, de manera involuntaria, es protagonista en última instancia. Sabe que el final de la Era actual es casi inminente, y sabe también que todo terminará con una lucha que no está en las espadas, en los campos de batalla o en las estrategias militares. Maolmorda la espera, y será ahí donde todo se decantará. Pero hay un enorme problema... la magia desaparece entre los druidas, ella misma ve disminuir su poder pese a ser la mayor canalizadora del mismo, y sin embargo Maolmorda no pierde la suya. Hay que actuar rápido si no quiere estar en una situación desesperada donde su rival parta con demasiada ventaja.
LA NOCHE DE LA LOBA es el final de la saga denominada La Moira. Es probablemente el más flojo de los tres libros, porque se evidencia -aquí sí de manera clara- una necesidad del autor de concluir la historia a toda costa. Pese a todo, resulta atractivo ya que mantiene por momentos cierta tensión que, gracias a pasajes en los que se engarzan batallas con estrategias y desaparición de personajes, sirve para salvar las apariencias. Es una muy buena historia, pero con una trama de la que, quizá, podría haber sacado más provecho el autor. |
|