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La Loba Y La Niña
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por Francisco J. Vázquez
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Alea es una chica, apenas iniciada su adolescencia, huérfana y desahuciada de la vida. Ha aprendido a sobrevivir con lo poco que su astucia y perspicacia le permite obtener en el día a día. Vive en el condado de Sarre, y allí casi todos la miran con una mezcla de recelo y suspicacia. La quieren lejos por su aspecto harapiento y desaliñado, pero a la vez, cuando las cosas se ponen duras, siempre hay alguien que se asoma al borde del precipicio sobre el que parece asomarse peligrosamente su existencia y la ayuda a seguir adelante. Su vida se ha perfilado siempre al amparo de los demás, de los que huye a la par que la socorren, en función de unos ciclos que no consigue entender. Se sabe especial, pero no es consciente de por qué la vida la trata como la trata.
Imala es una loba blanca. Una criatura que sobrevive a duras penas dentro de una manada en la que una loba dominante acapara no sólo el poder, sino una hostilidad hacia ella más propia de un enemigo que de una cabeza de grupo. Pese a todo no se resigna e intenta que su existencia entre aquellos seres de la noche no sea tan difícil como las circunstancias perecen imponer. Pero a veces las cosas son como son, no como quisiéramos que fuesen. Un episodio cruel y desagradable la obligará a huir, a alejarse de aquel lugar que hasta entonces había sido su morada, su hogar, e iniciar una peligrosa aventura en soledad.
Aunque ninguna de las dos lo saben (ni tampoco se conocen), Imala y Alea son dos almas gemelas. Ambas sospechan que las dos son diferentes al resto de los suyos, pero no pueden asimilar lo especiales que son en sí mismas ni lo que el destino les tiene preparado en el momento que cruce sus caminos.
Tan parecidas son que al igual que le ocurriera a Imala un extraño y, a la postre, peligroso suceso, hará que la vida de Alea sufra un cambio espectacular. Heredera de un extraño don se convertirá en el centro de complicadas intrigas, recelos entre el bien y el mal donde los limites de unos y otros no terminan de definirse nítidamente, y donde las cosas no son como parecen ser.
Alea descubrirá pronto que la vida que un día le pareció dura en el pequeño condado de Sarre le resultaba placentera a la vista de su nueva situación. Una complicada existencia que será algo más llevadera gracias a la presencia de nuevos compañeros de aventura que por una u otra razón ira encontrando en su peregrinar.
La Loba Y La Niña es una novela de fantasía épica cargada de mensajes. Es en sí misma una obra iniciática donde a través de los protagonistas de esta trepidante aventura nos damos cuenta de que uno debe asumir su destino tal y como le viene, sin rebelarse a imposibles que no resolverán nada e intentando cumplirlo lo mejor posible. Hay que luchar contra lo establecido si es lo que creemos que debemos hacer. Crecer y madurar pese a que lo que nos rodea se haya estancado en un pasado fácil y un presente asequible. Al igual que ocurre con las protagonistas de la historia, el mundo puede ser cambiado si creemos y queremos que así sea.
La Loba Y La Niña es una historia increíblemente amena, de las que se leen sin apenas darnos cuenta y en las que la narración no permite una tregua al lector. Uno puede llegar a sorprenderse de lo atrayente y absorbente que puede llegar a resultar esta aventura. Además, presenta una mezcla tremendamente excitante de situaciones que van desde el peligro de la lucha a las rencillas más infantiles, pasando por situaciones de lo más absurdas que se convierten en peligrosas y, a cambio, pasajes espectaculares de batalla donde la pericia y la inteligencia son los detonantes del buen hacer de sus personajes. Amor, odio, luchas entre clanes, entre condados, intrigas, persecuciones, muertes sorprendentes y crueles, golpes de efecto y velocidades dispares de lectura en función de los capítulos por los que viajemos... Sencillamente una novela versátil y ágil que permite disfrutar de la lectura y ejercitar la imaginación de forma espectacular.
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