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El Veredicto
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por David Yagüe
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El reputado autor de novela policíaca Michael Connelly retoma a uno de sus personajes secundarios, el abogado Mickey Haller (aparecido en El inocente), y lo enfrenta un nuevo caso judicial, esta vez como defensor de un magnate del cine de Hollywood al que se acusa de haber asesinado a su esposa y a su amante, y a cuyo anterior abogado han asesinado.
El veredicto es un thriller judicial bien narrado y mejor estructurado que sin muchos alardes engancha y conduce al lector hacia un final satisfactorio y bien trazado. El protagonista, como abogado defensor, no busca hallar la verdad del crimen si no encontrar las fisuras, las irregularidades en la investigación policial que pueden exonerar a su cliente y salir victorioso, con lo que la dudas y la dualidad moral del personaje salen a colación en numerosas ocasiones a lo largo de la novela, dando un punto, no demasiado amplio, de profundidad al relato.
A los seguidores del autor, seguro que les interesa saber que el gran personaje de Connelly, el detective Harry Bosch, se convierte en un secundario de lujo en esta novela y ofrece una de las sorpresas finales de la historia. Sin duda, uno de esos cameos dignos de mención.
La novela ofrece un cierto panorama de desencanto sobre el sistema judicial norteamericano (y en realidad cualquiera) donde es realmente fácil manipular y falsear la verdad en un tribunal.
Así pues, una vez más, Connelly demuestra porque es uno de los valores seguros de la novela criminal estadounidense. Sus historias son buenas, coherentes y están perfectamente articuladas con la habilidad de un narrador artesano, y además están escritas de una manera sencilla y dinámica. Sin duda un cóctel entretenido que vuelve a funcionar en este El veredicto. |
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