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El Diario Azul De Carlota
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por Pedro M. Valenzuela
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Carlota nos presenta una nueva entrega de sus experiencias, esta vez con un diario de color azul. Si el diario violeta fue la excusa para escribir sobre el feminismo y el diario rojo fue sobre la sexualidad, éste es el resultado de la toma de conciencia de un problema que desde no hace mucho tiempo ha tomado forma y nombre: la violencia de género. Los abusos sobre las mujeres, ya sean físicos, psicológicos o sexuales, no son exclusivos de ningún colectivo, si no que se dan en todas las clases sociales y económicas, independientemente de la edad, raza, nivel cultural o situación laboral.
Este libro destinado al público juvenil, aunque recomendable para todos los públicos, sirve de guía para conocer la realidad de un problema que, aunque tiene como principales víctimas a las mujeres, perjudica a toda la sociedad y a la democracia como marco de convivencia. Carlota utilizará tests, estadísticas y testimonios para evaluar cuál es el estado actual de la situación, sus orígenes y el largo camino que queda por recorrer hasta erradicar completamente cualquier rasgo heredado de la sociedad basada en el poder patriarcal. Así, con el escenario de las relaciones de un joven grupo de amigos, iremos descubriendo cómo los prejuicios machistas están mucho más arraigados en la mayoría de nosotros de lo que cabría esperar, y también mucho más cerca. Es un toque de atención para que todos nos comprometamos con el feminismo de manera activa, en especial los hombres ya que la igualdad real de la mujer en el mundo no será posible sin la revolución masculina.
Las víctimas de la violencia rara vez lo son de un solo tipo de abuso. De esta manera irán apareciendo a través de las páginas nuevos problemas, algunos todavía tabú, como la violencia escolar o la violencia infantil. Tenemos las claves para localizar el problema y poder atajarlo; las relaciones, tanto de pareja como con amigos, no pueden ser para hacer sufrir o perjudicar a alguien, sino para hacernos sentir mejor y permitir poder realizarnos de una manera más completa. Así, todos tenemos que arrimar el hombro para conseguir que el hombre deje de ser un lobo para el hombre.
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