| ¿Dirías que vivimos en una sociedad reprimida, llena de tópicos y complejos a los qué hacemos demasiado caso?
Nuestras actitudes y comportamientos están absolutamente condicionados por la necesidad de ‘quedar bien’, y claro, en un mundo hipócrita como el que vivimos para quedar bien has de mantener actitudes francamente incoherentes.
¿Tienen algo que ver nuestros políticos, que como comentas en el libro, ³ellos se presentan como la única solución a los problemas que ellos mismos provocan´?
El problema de los políticos se explica en conjunto con la teoría del dentista: pocos vamos al dentista regularmente a menos que se nos caiga la boca a trozos por el dolor. De igual forma, a nuestros políticos no acudimos a menos que sintamos dolor. Su misión consiste en hacérnoslas pasar canutas para asegurar que no pierden su cuota de mercado.
También nos hablas del reciclaje que todos los ciudadanos debemos hacer, pero en realidad la supervivencia del planeta no está en nuestra manos. ¿qué medidas propondrías para que los responsables reales también se preocuparan por este problema?
Es muy sencillo: solo deberían trabajar. Es una simple cuestión de que en los niveles de alta responsabilidad la mayoría de las horas se dedican a preparar reuniones, informes, dossieres, cumbres, acuerdos, etc... pero eso no resuelve los problemas; sencillamente habla del problema. Añadamos a eso que ‘el problema’ siempre pasa a ser el argumento con el que los políticos se intentan culpabilizar unos a otros, y finalmente pasan las horas, días, semanas y meses y nadie se ha puesto manos a la obra de verdad.
Curiosamente en todas partes nos piden que tenemos que ser educados pero la televisión no nos da muy buen ejemplo. en tu libro también hablas de la telebasura ¿dónde están los límites de lo que es telebasura y lo qué no? ¿a quién le interesa que exista?
No sabría definirte los límites, pero creo que cualquiera podría decirte si lo que está viendo es o no telebasura. La existencia de la telebasura interesa a aquellos que ganan dinero con ella. Cuando dejen de ganar dinero, dejará de interesar. De hecho no creo que nadie tenga un interés en la telebasura ‘per se’, es sencillamente que algunos sacan una buena tajada de la adicción a las vísceras de muchos ciudadanos.
El público se alimenta de lo que se les pone delante, y cómo muy bien dices algunos se vuelven adictos a su consumición nociva y cada día necesitan una pequeña dosis ¿cómo se le puede cambiar su dieta y hábitos? ¿puede existir la televisión de calidad?
Es una cuestión de en primer lugar ser consciente que tienes una adicción, como el alcohol, el tabaco, las drogas, y que no es para tomárselo a la ligera. Si eres consciente de que engancharte a la TV y a determinados programas no es tan inofensivo como te crees posiblemente empezarás a tomar actitudes que pueden cambiar el panorama televisivo. Digamos que es otra forma de ‘cuidarte’, además de cuidarte físicamente.
¿Tu que tienes relación con el mundo del audiovisual qué haces para combatir con la telebasura?
Este libro es mi granito de arena. A título personal procuro no ver absolutamente nada de telebasura para no engancharme. También es cierto que a veces aburridamente pasas por alguna cadena y te enganchas un rato: es realmente adictivo.
¿A quién le interesa pues que la sociedad sea políticamente correcta? ¿cuáles son sus estrategias?
La corrección según parámetros definidos y muy concretos no es mas que una forma de control. Que un individuo se comporte dentro de unos esquemas previsibles es el ideal de gobiernos, empresas, religiones... La principal estrategia es definir una casilla en la que tu mismo te metas y te sientas a gusto. Una vez encasillado ya eres manipulable políticamente, se te pueden vender productos a medida, etc... La metrosexualidad, por ejemplo, es una de estas nuevas casillas creadas artificialmente para todos los hombres heterosexuales que no encajaban en la antigua casilla del macho tipo ‘el hombre y el oso cuanto mas feo mas hermoso’. El ciudadano que no está en casillas en un auténtico peligro para el orden establecido; puede votar de forma imprevisible, no es fiel a las marcas... es una pesadilla para los expertos en marketing.
¿Cómo podemos sobrevivir en un mundo así? ¿se puede cambiar?
Las grandes soluciones son siempre las mas simples; sencillamente... piensa por ti mismo. Todo puede cambiar de la noche a la mañana si uno se decide a dar el paso y ser ‘uno mismo’, con todas las contradicciones, incoherencias y dudas que conlleva vivir fuera de las casillas donde nos intentar meter cada día a toda costa.
El ser siempre políticamente correcto invade constantemente nuestro ámbito privado; ³el cómo comportarse en el trabajo o los compromisos, con la pareja, la familia o los amigos´. ¿qué podemos actuar libremente sin que nos miren mal y nos vea cómo unos mal educados?
Es un error intentar que no nos miren mal; si no actuamos como se espera que lo hagamos siempre nos acabaran señalando con el dedo, pero la verdad es que prefiero ser señalado con el dedo por no saberme de memoria todos los nombres de los famosos de gran hermano o de la hermana del novio de la Pantoja. En realidad, las actitudes vitales encorsetadas por el ‘que dirán’ siempre te acaban pasando factura.
¿Y qué pasaría si todos fuéramos políticamente incorrectos? dónde estarían los límites? ya sabes: ³tu libertad termina dónde empieza la de los demás´ o ³no hagas al otro lo qué a ti no te gustaría´.
Ser incorrecto hoy en día es ser éticamente correcto. No habrían conflictos puesto que yo no veo la incorrección en términos de intentar escandalizar a nadie, ser irreverente, maleducado o gritón. Hoy ser incorrecto es no ser un borrego.
Dime cinco motivos por leer "incorrecto".
Dime uno para no leerlo.
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