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| Viajes Con Heródoto
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| por Juan Carlos Eizaguirre
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Una excelente obra literaria. Desde luego, no es una novela. De manera un poco cursi en la contraportada del libro se afirma que quizá sea un género literario nuevo. Personalmente opino que se trata de un libro de viajes, pero con matices. Matices de calado, porque el autor no sólo cuenta sus viajes e impresiones, sino que también viaja en el tiempo y aprovecha sus conocimientos históricos para narrar fabulosos viajes no inventados y que, además, le sirven de vehículo para exponer sus opiniones sobre el ser humano, tanto en el pasado (el mundo antiguo contado por Heródoto), como el presente.
Resumiendo: estamos ante un libro histórico y actual de viajes. Ante un estudio metódico, certero y optimista del hombre y, como buen libro de viajes, ante un análisis etnográfico y antropológico donde resalta la belleza y un profundo análisis de la psicología humana.
A continuación hay que afirmar que el nivel expositivo es de gran factura. Esta afirmación permite alabar su estilo sencillo, profundo y claro que, unido al contenido material, arroya al lector. Kapuscinski no es un escritor (periodista) cualquiera. Es uno de los mejores literatos de la actualidad. Premio Príncipe de Asturias, aunque no sé si eso dice mucho en su favor.
Hay que leer esta obra, si se me permite la expresión, a pequeños sorbos. Paladear las historias de sus viajes: la preparación, las descripciones, los análisis de la sociedad, las aventuras... Paladear también sus viajes en el tiempo, inspirados por Heródoto, aunque estoy seguro de que se ha documentado de otros autores para perfilar batallas, costumbres y lugares.
Como todo trabajo de este estilo, no se puede evitar el tono autobiográfico, y más en este caso donde el autor relata todos los viajes importantes de su vida como corresponsal de un periódico de Varsovia.
Por otro lado –aunque admito que puedo equivocarme– no he detectado sentido trascendente alguno; precisamente en un libro donde este tema se presta a amplios comentarios. Más bien he visto un mundo vital que se mueve por sí mismo, por la inercia, por las decisiones del género humano, y un cierto guiño al sincretismo religioso. Pienso que Kapuscinski es de los que opinan que es el hombre y en ocasiones el acaso el que domina la vida.
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