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| Té Con Pastas
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| por Antonio Ruiz Vega
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Este librito contiene 4 cuentos de los cuales uno da título al volumen: "Té Con Pastas".
El tema de los cuatro es la relación de pareja, el amor si así se quiere, y con abundantes pasajes eróticos.
En la primera "Como Una Flor Vieja", es una dama la que habla, la que ha tenido una aventura sentimental en México, y debe regresar a la seguridad familiar y a su círculo social y profesional en Buenos Aires. Los lazos que la reclaman, la diferencia de edad (ella es 8 años mayor), hacen que finalmente la historia de amor no pueda continuar. El lenguaje es majestuoso y preciso, adecuado, en cualquier caso, a una historia de contenido dramatismo, un amor de madurez que termina solemnemente pero no sin dejar huella.
Como iremos viendo en los demás cuentos, el lenguaje se adapta a la personalidad de los diferentes narradores y el estilo puede ser completamente diferente entre un cuento y el siguiente. Tiene poco que ver la prosa elegante de esta primera narración con los meandros y repeticiones retóricas del segundo, donde se trata de reproducir el razonamiento obsesivo de una mente enferma.
"Sara" es una historia de erotismo desatado y de una paciente mental que llega hasta el crimen, a causa de lo cual el amante se encuentra un día entre las sábanas con una cabeza humana a la que ella acuna como un bebé y que toma por el hijo de ambos. Aunque no sea esta truculencia lo más importante de "Sara", sino la relación obsesiva entre dos personas que va mas allá de lo sexual, en algunos aspectos se acerca a lo místico, como patentiza la alusión al aleph borgiano.
"Las cosas que hacemos, tanto como las cosas que no hacemos, jamás dejan de haber sido hechas o de no haber sido hechas". Con esta aparente tautología comienza "Té Con Pastas", donde una mujer joven, embarazada, escribe a su amante comunicándole que está embarazada. Él le envía dinero para que aborte. Esto define una relación intermitente, que va durando a lo largo del tiempo y, sobre todo, que permanece en la memoria, como una referencia. Aunque los amantes, pasado el tiempo, ya mayores, muchas veces no se vean en disposición de ayuntarse sino, en todo caso, de tomar un té con pastas.
"El Marido De Alicia" es también una meditación sobre cómo evoluciona una relación hombre-mujer y de qué hace el tiempo con las obras de los hombres. Aparece un triángulo amoroso entre Alicia, su marido y uno que se supone joven amante. Pronto el lector se percata de que ese joven amante es el mismo marido de Alicia en su juventud. Ese amante que él fue, que continuamente proyectaba cosas y adelantaba deseos, proyectos que luego el marido cumplía. Definir el instante preciso en que dejó de ser joven amante para convertirse en marido es lo que obsesiona a nuestro hombre que, lógicamente, va despeñándose hacia la locura, en la medida que se toma este puro juego conceptual como algo real. Desde el momento en que espía en su mujer ensoñaciones o nostalgias con lo que él fue, y la mira demorándose en una vieja foto suya. Por otra parte ella va también dejando de ser la que fue y la pareja que formaron ya apenas existe, tan sólo permanece, en parte, mientras ella, al recordarle joven y amante lo es también en parte...
Él, el "marido de Alicia", termina por matar al joven amante de la única manera que puede hacerlo, descerrajándose un tiro en la cabeza. Y es que, a medida que su obsesión va creciendo y los celos le abruman sufre un persistente dolor de cabeza al que sólo puede escapar de este modo. |
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