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Rambo. Acorralado
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por Francisco J. Vázquez
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La década de los 80 estuvo marcada por la saga bélica más espectacular de la época ambientada en las peripecias de un mercenario norteamericano, buen patriota pero mal de la cabeza, conocido por todos bajo el nombre de John Rambo. Varias fueron fueron las películas en las que este eterno soldado, nunca retirado, se veía metido en extrañas tramas donde los muertos se contaban por centenares, el dolor parecía que no existía, y la Historia se contaba siempre desde el lado de vista de un ganador en un bando de perdedores. Jamás un personaje militarizado tuvo tanta aceptación y tantos seguidores como el insigne Stallone cada vez que se ataba su pañuelo en la cabeza, miraba a cámara con esa cara de dolor y despiste, e iniciaba una cruzada contra todo y contra todos en pos de la verdad (su verdad).
Para aquellos con nostalgia que se vieron inmersos en las aventuras de tan significativo personaje, se ha publicado una novelización de la mano del escritor y narrador David Morrell titulada RAMBO. ACORRALADO.
La historia comienza en una gasolinera de los suburbios de Madison (Kentucky), donde un personaje desaliñado, con una tupida barba y un cabello largo y encrespado que le caía sobre los hombros hace autostop. Un personaje siniestro, desconocido para los pequeños habitantes de aquella zona de los EE. UU. no tarda mucho tiempo en llamar la atención de la patrulla del Sheriff. No ha hecho nada, no ha alterado el orden, no ha faltado a nadie, pero un personaje así no es lo que los habitantes de la ciudad esperan que diambulen por ahí. Y puesto que el Sheriff debe velar por sus vecinos (y por su puesto), más vale cerciorarse que todo está en orden.
Llevado a las dependencias de la comisaría local, es vejado sin mayor motivo por algunos de los agentes. Ninguno espera que aquel individuo sea un problema, pero no hay que perder la oportunidad de divertirse con un extranjero, sobre todo en un lugar en el que nunca pasa nada y donde el mundo no puede (o debe) enterarse. Es lo que pasa cuando en los cuerpos de seguridad se meten matones en lugar de profesionales.
Pero como casi siempre ocurre cuando alguien hace una estupidez, es que uno nunca piensa que la estupidez a lo mejor se paga... y aquí lo iban a pagar todos. John Rambo, que es el nombre del personaje agredido, es un veterano de la guerra de Vietnam, un mercenario acostumbrado al sufrimiento y a la humillación que siente como un agravio desproporcionado el que la gente por la que luchó en Asia se ría de su condición y de la libertad que él intentó proporcionarles sirviendo a su país. Como puede, en un descuido, consigue escapar de la comisaría y huye hacia las montañas que rodean la ciudad. Se iniciará entonces una persecución porn parte de las autoridades locales del fugitivo que poco a poco se les hirá de las manos. Hasta tal punto que, a la larga, tendrán que llamar a la todopoderosa Guardia Nacional para ver si son capaces de poner fin a una búsqueda de alguien con quien jamás debieron propasarse.
La aventura, cargada de trampas, persecuciones, riesgo, tiros, callejones sin salida de los que siempre hay escapatoria y mucha adrenalina es lo que se destila de esta novela. Una obra en la que la imaginación se sirve no sólo de los recuerdos de haber visto el filme, sino de los millones de detalles que Morrell nos proporciona en este libro. Es entretenido, y sobre todo permite darle una nueva perspectiva a los líos en los que el destino parece querer envolver siempre a este individuo. |
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