|
Las Trompetas De Jericó
|
por Emy Jiménez
|
|
Siguiendo la línea y el argumento de la novela que la precede, "Las Trompetas De Jericó" continua con la búsqueda de la famosa lápida templaria que se oculta en algún lugar de la provincia de Jaén.
La II Guerra Mundial está en pleno apogeo, las tropas aliadas planean entretener a las tropas nazis para acabar con ellos mientras el Fürher consolida y planea sus campañas basándose en astrólogos y horóscopos, creando un gran imperio irracional en la nación de la racionalidad.
La historia mezcla los últimos días de batalla en la guerra hasta el desembarco de Normandía, con los servicios de espionaje y contraespionaje que han sido capaces de descifrar los mensajes en clave tanto de uno y otro bando y que, en el caso de los ingleses, se enfrentan ahora a uno de los casos más difíciles que han tenido y que solo un hombre podrá descifrar.
En la Alemania Ocupada, ser judío era un pasaporte hacia una muerte segura, aunque en este caso, podía ser una ventaja para sobrevivir. El afán de poder de Hitler le lleva, incluso, a sacar a Zulem Gherslem, el único que podría dar con el nombre dado su profundo conocimiento de la cábala, de un campo de concentración para que trabaje para él chantajeándolo con matar a su hijo, preso en otro campo, y que descubra el auténtico nombre de dios oculto en una lapida... Este judío es el encargado de buscar la piedra del letrero, escoltado por dos miembros de la Gestapo y un ex-militar mutilado, y considerado un héroe de guerra con gran influencia en las altas esferas políticas alemanas, en el sur de España y posteriormente en Paris, donde todavía se conservan intactas algunas bibliotecas de las sinagogas.
El argumento del libro, en un principio, recuerda a “En Busca Del Arca Perdida”, pero es un libro ameno, relativamente fácil de leer (más fácil aún si se han leído antes otros libros del autor) y, aunque sea una novela de ficción, reitero la magnifica descripción tanto histórica como geográfica a la que Wilcox nos tiene acostumbrados.
|
|