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La Trama Colón
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por Lydia Rodríguez
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Durante largos años la información difundida por la historia oficial sobre el Almirante Cristóbal Colón, sus objetivos y su descubrimiento, ha estado plagada de grandes incógnitas y falacias; así, durante siglos, se nos ha contado que, debido al bloqueo terrestre por parte de los turcos otomanos –los cuales impedían el camino a Oriente–, Cristóbal Colón se proponía encontrar, por el oeste y a través del mar, una nueva ruta hacia las Indias. Con esto conseguiría demostrar dos cosas: una, que la tierra era redonda y, dos, que su extensión se prolongaba allende los mares, más allá del cabo de Finisterre y del estrecho de Gibraltar. Por otra parte, con una iniciativa como ésta desterraría la falsa creencia de que las aguas del océano Atlántico no eran navegables y que albergaban un amenazador y mortal abismo.
La esfericidad de la Tierra, sin embargo, era una idea que ya había sido expuesta por Aristóteles en el siglo IV a.C. y contrastada por Eratóstenes de Cirene un siglo después, hecho perfectamente conocido, según parece, en la época de Colón. Además, en esas fechas, el continente americano no era tan ignoto como se nos ha hecho creer, puesto que para algunos investigadores hay inequívocas muestras que confirman las expediciones de otras civilizaciones –como la egipcia o la china– y la presencia de viajeros anteriores al navegante.
En este sentido, la polémica obra 1421, del historiador autodidacta Gavin Menzíes, afirma que fue el chino Zheng He quien pisó 70 años antes aquellas tierras, lo que desecha la exclusividad del hallazgo por parte de la vieja Europa. Tal y como advierte el antropólogo Grimson en su artículo La Historia Que Nunca Imaginamos, "El que los chinos hayan llegado a América medio siglo antes que Colón revela el carácter eurocéntrico de nuestros relatos históricos. Nos cuentan y contamos la historia mundial desde el punto de vista del Viejo Continente. El posible mapa de Zheng He agrega un capítulo fascinante a los viajes transoceánicos anteriores a los europeos".
Si la astronomía ya había dado por sentado que la tierra era redonda, si para esa época ya existían mapas que incluían la representación del continente americano y, al final –como graciosamente apuntaba Miguel Ángel Nieto en El Último Sefardí–, es Colón quien fue descubierto por América, ¿qué oscuro y enigmático propósito obligó a faltar a la verdad en una expedición como ésa? ¿Quién era Colón realmente? ¿Qué pretendía? ¿Qué papel desempeñaron la Iglesia y la nobleza en este acontecimiento? ¿Cómo se sufragaron los gastos de tan costosa expedición? Para el investigador y escritor de este libro –el argentino Antonio Las Heras–, Cristóbal Colón fue un excelente investigador, que "dedicó gran parte de su vida a la recolección de datos que le proporcionaran garantías a `su proyecto´. Y es así como llegó a adquirir una gran cantidad de valiosa información, no siempre por medios lícitos, y a costa de la vida de varias personas, entre las que se cuenta la de su informador más importante: el misterioso Alonso Sánchez de Huelva".
La trama Colón es una obra impactante y rigurosa que arroja luz sobre la vida y personalidad de un hombre enigmático a la vez que intenta responder a numerosas cuestiones aún pendientes. Nace, en definitiva, con el claro objetivo de dar a conocer los entresijos, la manipulación, de un suceso tan trascendente para la historia y "descorrer el velo que ha ocultado durante siglos, la verdadera naturaleza de los hechos que tuvieron lugar antes, durante y después del 12 de octubre de 1492".
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