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El Pintor De Flandes
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por Francisco J. Vázquez
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La experiencia de los que leemos libros sin mirar la envoltura que los publica nos hace ser conocedores de las tremendas injusticias que se llevan a cabo con esos escritores desconocidos que, no por serlo, dejan de tener un talento impresionante que poder mostrar a sus lectores potenciales.
Eso es lo que nos ha demostrado Rosa Ribas, una escritora española afincada en Frankfurt (Alemania) que ha publicado El Pinto De Flandes, una excelente novela histórica cargada de intriga, aventura y emoción, que salvando las distancias y sin querer comparar (porque las comparaciones son odiosas), nada tiene que envidiar a las complicadas tramas elaboradas por los geniales Arturo Pérez–Reverte, Carmen Martín Gaite o Javier Sierra, entre otros.
El Pintor De Flandes es una obra que se desarrolla en la plenitud del siglo XVII y que se centra en la figura protagonista en un joven artista llamado Paul van Dyck, un personaje singular que recibe en Amberes, ciudad donde reside, un curioso encargo procedente de un noble español. Aparentemente la empresa es simple a la par que notoria: deberá pintar un cuadro de proporciones considerables para Don Juan de Tassis, Conde de Villamedina y Correo Mayor del rey Felipe IV de España.
Sintiendo que ese trabajo puede darle reconocimiento y fortuna si lo concluye con éxito, deja atrás el taller de Rubens donde trabaja (del cual cree ser hijo bastardo) para emprender el viaje hacia el Madrid de los Austrias, un lugar extraño para un joven de religión protestante, muy diferente del que ha dejado atrás y lleno de peligros. Afortunadamente cuenta con la ayuda de un personaje nada anodino como es Fernando Crespo, el secretario de Don Juan, que será su guía en los entresijos que se acumulan en la corte madrileña y, cómo no, en la propia ciudad.
El joven pintor pronto comprenderá que nada es lo que parece y que su encargo, fuera de toda duda, no es como pensaba una empresa tan fácil de llevar a buen término. Y es que Don Juan le ha encargado representar en un retablo la degollación de San Juan Bautista, pero siempre siguiendo los criterios (más bien pistas) que el propio Conde le va proporcionando ocasionalmente. La intención del noble dista mucho de dejar plasmado una alegoría religiosa. Más bien intenta dejar patente muchos de los secretos de la monarquía reinante a través de una obra que hay que saber interpretar.
Pero enfrentarse a la monarquía de los Austrias en su propio terreno, en su propia corte, tiene consecuencias, y de ello no tarda mucho en darse cuenta el joven van Dyck. En un mundo de intrigas palaciegas, manipulaciones, acusaciones y puñadas traperas, éste artista será partícipe involuntario de un mundo sumergido y oculto del que nada se sabe pero que rige los destinos de una España complicada. Muchas son las heridas, y mucha más la sangre por derramar...
El Pintor De Flandes es una novela que se lee del tirón, que no da tregua para apearse de la aventura intrépida, del misterio, de la conspiración constante y trepidante. Nos dejará una sensación de plenitud de las que pocas veces podremos alardear con otros libros similares.
Es un hecho innegable que, una vez más, la Historia nos sorprende... pero también lo es el que autores como Rosa Ribas sepan llegar a un publico tan variado a través de una obra tan bien terminada en las que a veces uno confunde la realidad y la ficción y se pregunta, sin pudor, si lo reflejado pudo llegar a ser algo más que una inventiva.
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