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El oro de Mefisto
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por Francisco J. Vázquez
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Cuando un escritor consigue meter como personajes de una novela a más de treinta personalidades históricas relevantes y contemporáneas de una época concreta (II Guerra Mundial), y consigue hacer una trama tan bien hilada que el lector no puede dejar de pensar que, tal vez, el trasfondo de la historia que se nos cuenta sea real, entonces podemos decir que la novela no sólo vale la pena, sino que posiblemente entusiasmará a quien se atreva a leerla. Y eso es lo único cierto de EL ORO DE MEFISTO, donde Eric Frattini vuelve a enfundarse en la piel de novelista, pero sin renunciar a esa faceta tan impresionante como investigador y divulgador de temas históricos por el que tanto destaca, y nos sumerge en una historia cargada de sospechas.
Con la Alemania nazi como fondo, con las intrigas de la Iglesia católica de por medio intentando posicionarse, y con el oro amasado por los bárbaros en los seis años de contienda pugnando por ocupar su lugar en la Historia (y siempre bajo la atenta mirada de la siempre “neutral” Suiza), el lector se verá inmerso en una aventura que sorprende página a página, y donde los interrogantes juegan un papel impresionante a la hora de atraer la atención de los expuesto. Se dejan caer interesantes cuestiones, preguntas sin respuestas que aún hoy atormentan a los historiadores. ¿Qué eran las enigmáticas cajas negras que los nazis hundieron en las oscuras y frías aguas del lago Toplitz? ¿Existió de verdad la organización Odessa? ¿Quiénes la componían, cuál era su cometido? ¿Quién se escondía tras el sobrenombre de El Elegido? Y sobre todo, ¿por qué esa implicación tan evidente de la Iglesia de Roma en la huida clandestina de los criminales de guerra?
Esa es la aventura que afrontará el lector, y lo hará de la mano del joven seminarista August Lienart, que será la figura clave a través de cuyos ojos veremos el resto. ¿Es posible que los secretos del Cuarto Reich y el propio futuro de Europa residan en sus manos, en sus decisiones?
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