|
El Enigma De Constantina
|
por David Yagüe
|
|
Robert Ludlum está considerado como uno de los creadores del thriller actual tal y como lo conocemos. Escribió 29 novelas que fueron traducidas a 32 lenguas, todas enmarcadas en este género y la mayoría ambientadas en el mundo del espionaje. La lista sigue creciendo: tras su muerte en 2001, se han publicado cinco novelas póstumas. Y se asegura que Ludlum dejó varias obras más terminadas y muchos proyectos a la mitad. Ludlum ha vuelto a saltar recientemente a la palestra gracias a nuevas adaptaciones cinematográficas de sus obras (sobre todo las basadas en la saga de "Bourne" con Matt Damon y próximamente "The Chancellor Manuscript" con Leonardo Di Caprio y basada en la novela homónima). Unas historias que habitualmente seguían un mismo patrón, el de un hombre o un grupo enfrentado a poderosas organizaciones secretas ya fueran militares, políticas o corporativas. En los setenta, fue uno de los primeros novelistas de éxito que hablaba en sus novelas sobre operaciones ilegales de la CIA. Una ficción que pronto se descubriría muy real. A pesar de su éxito, este rey del thriller de espías nunca llegó a alcanzar el nivel de los “grandes” del género como John Le Carré o Graham Greene. No poseía ni su pluma ni su profunda mirada psicológica. Su estilo sencillo y directo y lleno de, sus personajes simples y su gusto por algunos excesos melodramáticos alejaron de su obra a la crítica, pero, en cambio, ganó al gran público. Vía Magna ha recuperado a este clásico del best-seller con “El Enigma De Constantina” que a pesar de su trama y su estética, está lejos de las intrigas religiosa que tanto abundan actualmente y presenta todos los rasgos positivos y negativos patentes en la trayectoria de Ludlum. De hecho, esta novela fue escrita a mediados de los años setenta. La historia de un joven multimillonario italiano que asiste a la ejecución de su familia por parte de los alemanes al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, provoca una caza al hombre por parte de fanáticos religiosos, espías británicos, alemanes e italianos y enviados del vaticano por toda Europa. Este joven se convierte en un "falso culpable" perfecto: todo el mundo cree que sabe donde escondió su padre unos manuscritos cuyo contenido podría provocar un cataclismo en el mundo cristiano, pero su padre falleció antes de comunicárselo. Esta persecución afectará al protagonista durante toda su vida y a sus hijos gemelos después de él. Una larga historia llena de acción que comienza en 1939 y termina en 1974. Padre e hijos se verán envueltos, además de en esta conspiración, en la lucha contra el nazismo durante la Segunda Guerra Mundial y en trama de corrupción en el ejército estadounidense durante la guerra de Vietnam. Los famosos documentos religiosos se convierten, salvo en el desenlace de la novela, en un gigantesco "mcguffin" que empuja a los personajes a actuar sin tener mucha idea de qué son o dónde están. “El Enigma De Constantina” no es, casi con seguridad, ni la mejor novela ni una de las mejores de Ludlum, pero sí que asegura el entretenimiento de los lectores, a base de un ritmo endiablado, personajes simples y una historia bastante inverosímil. Un libro de entretenimiento puro al que no se debe pedir nada más. Uno de esos que se hacen cortos a pesar de sus casi seiscientas páginas. |
|