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El Corazón Del Tártaro
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por Antonio Ruiz Vega
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Los personajes son Zarza, la protagonista, sus hermanos Nicolás (temible gangster que ella envía a la cárcel y cuyo regreso motiva la narración), Miguel (autista, internado en una residencia al que, en una ocasión Nicolás y Zarza prostituyeron a cambio de droga) y Martina (la única de la familia que tiene una vida "normal": se casa con un notario.
Todo comienza cuando Zarza (que evidentemente tiene un denso pasado a sus espaldas) recibe una llamada telefónica a hora muy temprana. Suponiendo que es Nicolás que ha salido de la cárcel emprende una huida, cuya descripción constituye la trama de la novela. Decide no acudir a su trabajo (en una editorial) para que no la localice allí, lo mismo que no regresa a su casa. Poco después opta por abandonar su coche, identificado por Nicolás, que le sigue los pasos y va sembrando amenazas.
Reuniendo todo el dinero que puede conseguir Zarza va retomando contacto con personajes de su vida anterior, cuando ella y Nicolás eran adictos a la heroína (en el texto se le llama La Blanca, y también La Reina) llegando hasta la prostitución y el delito. Así Daniel, un camarero homosexual, le proporciona contactos para comprar una pistola con la que defenderse. En un ambiente suburbial contacta con Martillo, una joven de 16 años que le vende una pistola (que, por cierto, no dispara). También retoma el contacto con Urbano, un modesto carpintero que la recogió de la calle y la salvó de la droga y a quien ella remuneró robándole y dejándolo malherido. Este descenso a los infiernos que se va describiendo, que llega a la prostitución y el delito, parece poco compatible con la vida más o menos normal que lleva la protagonista, cotejando textos artúricos, etc. Es quizá lo más endeble de la narración. Es un salto quizá demasiado grande. Es decir, cuando se nos explica la vida que lleva Zarza hasta la primera llamada, es una vida más bien burguesa, de una intelectual con ciertas inquietudes, lecturas, y a medida que va haciendo "flash backs" sobre su pasado, se nos la pinta mellada, prostituyéndose y prostituyendo a su hermano anormal, participando en un atraco a mano armada, etc. No sé, queda un poco inverosímil.
Claro que casi nada es lo que parece. Por ejemplo Miguel, el hermano subnormal, se nos descubre como un genio de la combinatoria capaz de resolver intuitivamente el famoso Cubo de Rubik...
En su encuesta retrospectiva Zarza va pasando revista a lo que fue su vida, retoma contacto con Martina, vuelve a casa del carpintero Urbano, quien la perdona y con quien, se trasluce, comienza una nueva vida, etc. Regresa también a la Torre, paraje urbano ominoso donde mora Caruso, el chulo que la prostituyó y quien probablemente profanó al pequeño Miguel.
Finalmente el círculo se cierra, regresa al arruinado chalet donde vivió su infancia y donde la ha citado Nicolás. Allí murió su madre, sempiterna enferma, y todavía no sabe si de muerte natural, suicidada o asesinada por su padre. Ese padre que huyó un buen día tras un monumental desfalco y al cuál, por cierto, ella misma denunció al juez. Ese padre que, según va recordando, abusaba sexualmente de ella y de Martina (aunque ella lo niegue). Ese padre al que cree ver como una sombra fugaz que escucha sus explicaciones destinadas a Nicolás y que se lleva el dinero que ha logrado reunir (básicamente se lo ha prestado Urbano, el carpintero) para comprar su perdón...
Cuando el carpintero habla –en su última entrevista antes de partir a la cita en el chalet familiar– de que una mesa no lo es hasta que se le ha dado forma, hasta que se le ha delimitado, se está acercando al mundo ideológico de Junger y hasta de Alain de Benoist. Es decir, que el hombre se da forma, se da sentido, que hasta entonces, hasta que no elige tener personalidad (Jung) no es verdaderamente hombre y como tal, no tiene "derechos". Por ahí se llega, ineluctablemente, a las tesis de la Nueva Derecha. Algo que, me imagino, es lo último que le gustaría a la autora. Pero es así. Curioso.
La hermana de Zarza, Martina, también escoge "darse forma" (está muy bien explicado). Se da forma de burguesa típica, pero Zarza se da cuenta (y la autora) de que en este caso la cosa no tiene nada de convencional. Martina escoge una vida burguesa y trabaja duro para alcanzar eso que, para ello, no es un estereotipo, sino una meta libremente elegida, duramente alcanzada y duramente conservada.
Hay un homenaje a "A Sangre Fría" de Truman Capote. También otro a Borges y a su historia del rey Mirval, que aparece en "Historia Universal De La Infamia", a propósito de la cobardía, de la traición. El más homenajeado es sin duda Chretien de Troyes pues Zarza, la protagonista, editora, está preparando una edición de "El Caballero De La Rosa" y duda entre los dos finales, pues el descubridor de este manuscrito, Harris, encontró años después otro texto que proponía un final alternativo. Es evidente que la historia de Troyes es semejante a la que aquí se cuenta, porque trata de dos hermanos que se enfrentan a muerte. En la primera versión terminan por darse muerte pero en la segunda, tras un largo proceso, llegan a reconciliarse. Zarza, terminada su peripecia, decide publicar ambos finales, pese a las dudas que tiene sobre la autenticidad del segundo manuscrito.
Cuando llega a la cita que cree con su hermano Nicolás, al que traicionó y al que teme, a quien encuentra es a su padre (a quien, por cierto, también denunció), éste se lleva el dinero que traía para su hermano y le deja en cambio una caja de música que ella escuchaba en su infancia.
Pero no queda claro si es su padre o su hermano, así que todo queda en suspenso y el futuro se ramifica en muchos sentidos. Pero Zarza concluye con estas palabras:
" [...] sólo había una cosa que supiera con total seguridad, y era que algún día moriría. Pero tal vez para entonces hubiera descubierto que, pese a todo, la vida merece la pena vivirse."
Está escrita muy pulcramente, con precisión, sin crujidos ni extraños. Hay algunos detalles, pocos, que evidencian ciertas ignorancias disculpables. Por ejemplo, confunde revolver y pistola, cuando dice que introduce las balas en los alvéolos de la pistola, pero las pistolas llevan cargador, no tambor. Tampoco los osos, que se sepa, tienen la piel "aborregada", siguiendo con el oso de la página 122, los osos no lanzan, generalmente, "gañidos", que son más bien de perro, pero, en fin...
Una de las tres citas prologales es:
"El niño es el padre del hombre" (de Wordsworth, aunque yo creía que de Albert Camús, que desde luego la hace suya). Y esto se repite varias veces a lo largo del texto, en el sentido de que "todos vivimos en el paisaje de nuestra infancia". También se repite que el hijo de borracho es alcohólico, el de loco, demente, etc. Esto no es muy cierto y la experiencia demuestra más bien lo contrario, por aquello de las compensaciones. En la propia novela está el caso de Martina, la convencional ama de casa, sin duda como reacción al rifirrafe de infancia que tuvo.
El título... Se habla varias veces de los tártaros, de Gengis Khan y la falta de humanidad, lo mismo que se describe un asalto de vikingos bersekir contra los sajones (del libro de Chretien de Troyes). Es una referencia a ese personaje torvo que es o bien Nicolás o bien su padre, que ponen en tensión la vida de Zarza pero que, aplacados por el dinero o por su monólogo autocompasivos que ella dirige a la oscuridad en las páginas finales, cuando acude a la cita en el desolado chalet familiar, deciden desaparecer de su vida, perdonarla.... En cualquier casos sus últimas razones, las desconocemos, no sabemos lo que pasa por el corazón del Tártaro. Puede haber otro sentido, claro, porque el Tártaro es también el infierno, y en ese sentido el corazón del infierno es el lugar a donde Zarza regresa (a su pasado, a su terrible pasado y a los lugares donde transcurrió). Puede tener estos dos sentidos, y hasta creo que más bien el segundo. |
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