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Alejandro Magno Y Las Águilas De Roma
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por Francisco J. Vázquez
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¿Cuántos lectores saben a ciencia cierta qué es una ucronía? Posiblemente pocos identifiquen la palabra como uno de los recursos literarios más utilizados por los escritores de ciencia–ficción o literatura fantástica. Sin embargo, es un hecho probado que la gran mayoría de nosotros nos hemos aventurado a leer libros en los que la base de toda la trama era el dichoso vocablo. Según la Real Academia De La Lengua Española se define ucronía como "la reconstrucción lógica, aplicada a la Historia, dando por supuesto acontecimientos no sucedidos, pero que habrían podido suceder". O lo que es lo mismo, elaborar una obra lo suficientemente real como para que al leerla nos olvidemos precisamente de que jamás sucedió, aunque fuese perfectamente factible lo que en ella se cuenta. Y eso es lo sucede con este fabuloso libro de Javier Negrete.
En el año 323 a. C., con tan sólo 33 años, Alejandro Magno, Rey de Macedonia e incansable conquistador, es presumiblemente envenenado en la ciudad de Babilonia. No se sabe con exactitud qué o quiénes impulsan el intento de asesinato de tan ilustre personaje, pero lo que está claro es que casi se consigue el objetivo: matar al único ser humano que tenía bajo su control la mayor parte del mundo conocido.
De no ser por la inestimable aparición de Néstor, un médico enigmático que asegura ser enviado del mismísimo Oráculo de Delfos, la vida de Alejandro habría tenido un triste final. Pero su intervención en pos de la salud del monarca es vital para la supervivencia de éste y, pese al susto, las cosas no fueron mucho más allá.
Pasados seis años desde el intento de envenenamiento, y una vez sometida Asia y Grecia bajo el poder de la supremacía militar macedonia, Alejandro se fija en Occidente y, en especial, en una ciudad italiana que tiene las mismas ansias de poder, de grandeza y de conquista con las que él inició sus andanzas años atrás. Los destinos de Alejandro y de los generales italianos al mando de las tropas romanas se van a cruzar muy pronto, y todos son conscientes de ello. Uno quiere la enorme riqueza albergada en tierras italianas; los otros la posibilidad de hacer caer al más grande los grandes y abrir las puertas al inicio de un dominio romano allá donde los designios de los dioses quieran llevarles. El enfrentamiento es, a todas luces, inevitable.
Mientras, el extravagante y extraño astrónomo Euctemón predice que el desastre se acerca, que el fin del mundo está próximo. La vida de muchos está en manos de unos pocos. La de todos en las de un destino caprichoso.
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