Alicia Galloti  por Bibiana Ripol En toda tu carrera de periodista y escritora siempre has otorgado un papel especial a las mujeres, ¿a qué se debe? Desde mi adolescencia tuve claro que la diferencia de género sólo era válida para describir a hombres y mujeres anatómicamente, pero que ambos eran fundamentalmente personas, con todo lo que implica la palabra. Sin embargo, social y culturalmente la mujer nunca ha sido tratada con las mismas condiciones que el hombre y esa marginación, como todas las marginaciones, siempre me ha parecido muy injusta. ¿En qué se diferencian tus libros de los otros que están en las librerías? Son los únicos libros de citas en el que las mujeres hablan sobre las mujeres. Esa es una clave importante para mí, es muy fácil encontrar voces de hombres hablando sobre mujeres, opinando sobre sus sentimientos, sus deseos... Es abrumador buscar citas de mujeres sobre mujeres porque casi no existen, evidentemente los hombres siempre han sabido promocionar su obra, sus pensamientos y su ideología mejor que nosotras. ¿Cómo has conseguido recopilar estas citas tan maravillosas? Desde hace varios años he ido guardando las que me gustaban, con las que me sentía identificada. Tengo la costumbre de que cuando leo algo que me transmite una idea o una emoción lo archivo, soy algo así como una coleccionista de citas, frases, poemas o canciones. A veces es una respuesta de una entrevista otras una frase de un libro... Dime mujeres que aparecen en tus libros que admires especialmente y por qué. Hay muchas mujeres que respeto, no he podido ponerlas a todas. Pero sí están presentes Violeta Parra, Katherine Mansfield, María Zambrano, Dorothy Parker, Ana Belén, Catherine Hepburn, Charo López, Alfonsina Storni, Diane Arbus, Marcela Serrano, entre otras. ¿Consideras que a la mujer de la sociedad occidental actual se le exige mucho en el terreno laboral, físico y familiar? Creo que somos las propias mujeres las que nos exigimos demasiado, todavía no hemos logrado equilibrar nuestra vida familiar y la laboral sin sentimiento de culpa. Históricamente para todos los grandes cambios sociales han sido necesarias muchas generaciones, pero cuesta aceptar que es probable que no llegues a ver los verdaderos cambios. ¿Qué opinas de las mujeres que para triunfar laboralmente adoptan actitudes normalmente clasificadas como masculinas? Es un problema que sucede no sólo en el trabajo, sino en muchos otros aspectos, como por ejemplo el sexual. El único modelo conocido es el masculino, por eso algunas mujeres lo adoptan; pero creo que no se las debe juzgar, es una postura que no comparto pero que comprendo. De todos modos para mí lo peor es la pasividad, equivocarse también puede ser una manera de acercarse al cambio. Comentas en tu libro que por amor las mujeres son capaces de cometer las mayores locuras. ¿has cometido tú alguna? Sí por supuesto, y no me arrepiento. Alguna de las citas que recopilas crees que descubre el secreto para ser feliz. No creo en fórmulas mágicas, cada uno debe encontrar su propio camino hacia la felicidad pero, muchas de las citas que he seleccionado pueden ayudar a reflexionar, a conocerse mejor, a profundizar en las inseguridades y en los sentimientos. Conocerse profundamente y aceptarse se parece bastante a la felicidad. ¿Por qué las mujeres temen tanto a la vejez? Porque vivimos en una sociedad que ha descubierto que la eterna juventud es una buena fuente de ingresos... Nos atemorizan con la invisibilidad y lo hacen con tanta eficacia que muchas mujeres terminan creyéndolo. Desgraciadamente este concepto machista que pontifica que un hombre maduro es interesante y una mujer madura es vieja todavía tiene vigencia, crea inseguridad. Las mujeres jóvenes y las no tan jóvenes están tan bombardeadas con esta información que terminan creyéndola. ¿En que se parecen las mujeres y los hombres? Sin el peso cultural que determina que somos muy distintos en realidad somos muy parecidos. Yo no dividiría las diferencias reales por género sino más bien por individuos, no existen fórmulas fijas ni las cosas son tan fáciles de encasillar como nos quieren hacer creer. No todas las mujeres son muy sensibles ni todos los hombres son lobos feroces, las generalizaciones hacen daño tanto a hombres como a mujeres. ¿A quién regalarías estos libros? A una amiga, a un amigo, a un amante, a mi pareja, a todas las personas que quiero y que me gustaría que compartan conmigo algo que he hecho con mucho amor. Imprimir entrevista  /  Enviar por email