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Werther
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por Silvia Rodríguez
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Desesperación, confusión mental, sensación de vacío, profunda melancolía, pérdida de interés por las cosas y personas que nos rodean... ¿quién no ha tenido alguna vez alguna de estas sensaciones ante la imposibilidad de no ser correspondido por la persona amada?
Seguramente más de uno habrá pasado por esta desagradable experiencia aunque, imagino, sin la intensidad con la que es vivida por el joven Werther, precursor de la figura del "romántico", como ser que idealiza al objeto de su amor y, en cuya consecución va a estar dispuesto a todo, a perecer incluso, porque sin él, la vida carece de sentido.
De manera epistolar, el protagonista de esta trágica obra irá comunicando a un amigo íntimo su particular relación con una mujer, con la que mantendrá, en un principio, una amistad fluida, de la que surgirá un profundo amor, por parte de él y no correspondido por ella: es la confusión de sentimientos lo que da a la historia ese matiz angustioso y tremendista. El joven, al hacer del centro de su vida la aspiración por conquistar a su amiga, al estar esperando continuamente un imposible-ella está ya comprometida-, perderá toda motivación y esperanza por seguir viviendo.
Aunque este tipo de historias pueda tener lugar en los tiempos actuales, hay que comprender la época prerromántica en la que fue escrita, en donde el morir por amor era lo normal, e incluso, un acto digno de honra y valentía. Personalmente, yo lo veo como un acto de cobardía, pues es más difícil salir hacia delante y asumir lo imposible que acabar con todo de manera radical; hay que vivir, con todas sus consecuencias, esperando nuevas oportunidades, nuevos seres que nos vuelvan a enriquecer la vida.
Todas las páginas de "Werther" están llenas de poesía y de musicalidad, salpicadas por sabias reflexiones. Y se puede apreciar el estado de ánimo del joven enamoradizo, que irá de una exultante vitalidad, en una primera parte del libro, a la más y profunda angustia existencial, en la segunda parte: como la verdadera condición humana, o nos encontramos en lo más cercano a la felicidad plena o, por el contrario, en lo más hondo de un abismo. El autor, Johann Wolfgang Goethe, es considerado como un maestro en "radiografiar" los conflictos humanos. Muy recomendable.
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