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Warlock
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por Juan Carlos Eizaguirre
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Warlock es una novela de las llamadas en España, “del Oeste”; un Western con todos sus condimentos y personajes típicos. No se puede decir que esté inspirada en otras obras, pues está escrita en 1958 y editada en España en 1960. Fue una novela de culto en su momento. De hecho se rodó una película que se hizo famosa: “El hombre de las pistolas de oro”. Fue una época brillante la de los años cincuenta y sesenta, en la que se hicieron innumerables películas del Oeste, que ya habían arrancado a mediados de los cuarenta y prosiguieron hasta principios de los setenta. Toda una época dorada de la historia del cine.
Pero volviendo a nuestra novela, aun conservando una gran carga emotiva y mucha acción entre pistoleros, cuatreros, arribistas y gente honrada, no ha superado, me parece a mí, el paso de los años. Es decir, hay largos pasajes en que la marcha del relato se hace pasada o lenta, que la descripción de personas o paisajes y ambientes resulta postiza, artificial.
La novela se sostiene y entretiene por la acción. Pero pienso de Oakley Hall desperdició en su momento haber hecho una obra monumental. Quizá no se dio cuenta, quizá es que no sabía hacerlo, y se conformó con confeccionar una buena novela del Oeste. Digo esto, porque hay pergeñados en Warlock una serie de tipos humanos y una serie de circunstancias sociales, humanas también; una riqueza en los personajes apenas apuntada… que resulta una verdadera lástima que el escritor no se detuviera a trabajar más, a releer su obra, a no darse por vencido con lo ya escrito, a no caer, en fin, en las manos de la prisa.
Verdaderamente una novela se hace grande y pasa a la posteridad si sus personajes se han hecho “amigos” del autor; si éste sabe tratarlos con mimo o, a veces, con dureza; si se nota una especie de enamoramiento entre esos seres de ficción y su creador, aunque a veces se vea que se está sirviendo de ellos para exponer sus personales opiniones.
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