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| Viaje Por La Mancha De Don Quijote Y Sancho
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| por Lorena Jiménez
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En un lugar de La Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme…”. Con esta frase comienza la universal obra de Cervantes “Don Quijote de La Mancha”, un comienzo que todo el mundo conoce y que muchos saben recitar de memoria. Pero quizás lo que no todo el mundo sabe es que son cinco pueblos manchegos los que rivalizan por alzarse con el honor de ser ese lugar de La Mancha, en el que Cervantes sitúa al hidalgo castellano en el comienzo de su periplo por una ruta que le llevaría a múltiples aventuras y desventuras, en compañía de su inseparable Sancho Panza.
Una ruta por tierras manchegas no del todo aclarada en la obra cervantina, así que en “Viaje por La Mancha de Don Quijote y Sancho”, Alfredo Villaverde Gil nos invita a recorrer la que pudiera ser esa posible ruta que recorrieron juntos hidalgo y escudero. Partiendo de Madrid y pasando por la monumental Toledo, nos sumergiremos en tierras manchegas recorriendo los campos de San Juan, Montiel, Calatrava, La Manchuela y los pueblos englobados en ellos, y que de una u otra manera tienen algo que ver con Cervantes, como el pueblo de Esquivias, o con Don Quijote al haber servido de escenario para algunas de sus aventuras como Campo de Criptana o Puerto Lápice, pero todos con el referente común de tener un claro sabor cervantino y manchego.
Por estos lugares iremos de la mano del autor, como si de un viajero a pie se tratara y nosotros su improvisado acompañante, que nos irá mostrando en cada uno lugares que visitar, paisajes que contemplar, sitios donde degustar la rica y variada cocina manchega…. Quizás leyendo esto pudiera pensarse que este libro no es más que otra guía de viaje al uso. Pero nada más lejos de la realidad. Es algo más que un simple listado de lugares acompañados de una breve explicación de cada uno. Al leerlo comprobaremos que se parece más al relato de un amigo, un amigo que nos cuenta su reciente viaje a La Mancha relatándonos los lugares que ha visitado y los que más le han gustado, los amigos con los que se ha reencontrado, las fotografías que ha tomado, las anécdotas que ha vivido o las conversaciones que de forma espontánea ha entablado con sus gentes, que le han mostrado su carácter abierto y cordial.
Y todo ello lo narra en forma de crónica de un viaje, novelada y con el lenguaje apasionado y enamorado de aquel que quiere transmitir las excelencias de su tierra al mundo. Por esto, este libro se puede utilizar en su doble vertiente: una, como libro de cabecera para aquel que quiera adentrarse un poco en el conocimiento de la geografía manchega y en el del Quijote sin moverse del sillón; otra, como una improvisada guía de viaje para aquellos inquietos que quieran realizar la posible ruta que pudo llevar a cabo Don Quijote de la Mancha de manos de la pluma de Cervantes, y quieran llevar consigo un compañero que les oriente sobre qué lugares visitar y cuáles no deben dejar de ver bajo ningún concepto. Incluso tal vez tengan la oportunidad de ver la alargada sombra de un hombre enjuto bajo las aspas de uno de esos múltiples molinos que pueblan las tierras manchegas, si se deciden a realizar la ruta. ¿Quién sabe?
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