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Versos En El Tejado
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por Silvio Manuel Rodríguez Carrillo
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Suele ser la poesía la manera más íntima de expresar no sólo emociones y sentimientos, sino también aquellas reflexiones a que nos llevan las experiencias vividas. En este sentido, Yolanda Perales Lara nos ofrece su voz, en ocasiones serena y nostálgica, o cantarina y audaz cuando el tema lo amerita, invitándonos a conocer una parte de su mundo propio, dentro del cual discurre señalándonos los colores con los que percibe la realidad. A la manera de un gato desde un tejado, Yolanda parece mirar, relatar y concluir, pero, con el tono que utiliza quién ha estado ahí, donde la soledad aprieta.
Siete Vidas es la primera sección de este poemario, en el que la autora nos va dibujando una presentación de su yo, su modo de ver y sentir, donde a veces hay una Babel en la cama y es preciso 'apurar hasta la última caricia', donde 'comprenden los incomprendidos' y donde un latido es también un puño en alto. En la segunda sección, La Sombra Del Gato, refiere al amor, visceral primero, pero cuestionado por lo racional después, en el que Perales Lara, como una paloma negra se acomoda en un pecho hasta que la tristeza se arrodilla en su boca.
En Mi Eco Barre El Horizonte, la tercera sección, encontramos versos que marcan una crítica social, donde la sangre corre muerta dentro de 'quien ha sostenido por más tiempo un arma que una caricia', pues navegamos en aguas en donde no solo se pierde la vida con la muerte; en un plano en el que el luto es 'un arco-iris en los ojos de un ciego'. En Gotas De Lluvia, la cuarta sección, surge una mujer niña, a la que aún cuando el infierno le arroja avispas muertas a sus manos, o quizás por ello, expresa en alto el afecto filial.
En Nuestras Huellas Bajo El Cielo, última sección, damos cuenta de poemas de diverso tinte, como un recorrido a los ya abordados en las secciones diferentes, pero con más variantes, a manera de calidoscopio que cambia de colores y formas, página a página, hasta desembocar en una invitación a 'oler la vida y la muerte sobre el pecho' del poeta. Noche, cigarrillos, Fabio O. Morasso y Bukowsky acompañan a manera de testigos fieles toda la obra, como generando el marco a contra luz en el que Yolanda Perales elige colocar el escenario sobre el cual expone el color de su alma.
Versos En El Tejado tiene un sabor a hoy, en el que se siente una sensualidad exquisita, que no se contradice con una ternura casi inefable, pues la madurez del día a día a conciencia impregna cada verso. La soledad, como resultado de optar por lo no mediocre, el cariño incondicional consecuente hacia lo que lo merece, y la apuesta por la vida, pese a todo, son variables que se manejan desde un tono femenino, a veces con ternura inesperada, a veces con ironía contundente. Leerlo, es dejarse llevar, hasta un muelle en el que decimos, para cuándo el próximo, Yolanda? |
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