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portada Un Día Más Y Un Dólar Menos
Ficha del Libro:

Título: Un Día Más Y Un Dólar Menos    comprar
Autor: Terry McMillan
Editorial: Seix Barral
I.S.B.N.-10: 8432216445
I.S.B.N.-13: 9788432216442
Nº P´gs: 575


Un Día Más Y Un Dólar Menos
por Antonio Ruiz Vega

  La autora, nacida en 1951, tiene tras sí una importante obra narrativa y parece haberse especializado en sagas familiares contemporáneas, de la que es buena muestra este libro lúcido y chispeante.

Explicaba Jung que el inconsciente colectivo era distinto para cada pueblo y aunque sea incorrectísimo politícamente hay que señalar que en los estudios psicológicos realizados en los U.S.A. aparecen perfiles muy diferentes cuando los individuos sicoanalizados son de origen anglosajón (WASP), chicanos o, como es el caso, negros. Cada raza, y sobre todo cada cultura, tienen un muy diferente imaginario, unos fantasmas y pasiones, demonios familiares si se quiere, particulares, peculiares, frecuentemente muy fàciles de tipificar. Con "Un Día Más Y Un Dólar Menos" estamos ante una estructura narrativa característica, muy fluida y ágil, con una capacidad de penetración en los aspectos (aparentemente) superficiales de la vida cotidiana.

MçMillan va adoptando las diferentes personalidades y los puntos de vista de una amplia familia de negros norteamericanos, desde que comienza el libro desde la voz de una negra ya abuela (pero abuela "joven" se entiende, "voy para los cincuenta y cinco", dice en la página 37), Viola Price, que ha sufrido un infarto y que desde su cuarto en la clínica pasa revista a su vida, a su papel familiar y al devenir de su marido (del que está separada), y sobre todo sus numerosos hijos.

Terry MçMillan tiene la atención de incluir al comienzo un árbol genealógico de la saga, a la vez que se desmarca, biográficamente, con la consabida nota de que cualquier parecido... etc. Uno agradece bastante esta deferencia, pues no es fácil retener en la memoria una familia tan llena de vericuetos y "sifonazos".

El primer corte o capítulo es sin duda el más importante, sobre todo por lo que tiene de introductorio y también porque el personaje, esa especie de Magna Mater de la negritud, es troncal: es el que da hilazón al conjunto.

Situada en una zona temporal que supera ya claramente el "mezzo del camino de la vita", Viola echa la vista atrás y se cuestiona sobre su bondad como matriarca.

"Como madre, tienes grandes ilusiones para tus chicos. Grandes sueños. Quieres lo mejor para ello. Quieres que consigas las recompensas de la vida que tú, por alguna razón, no conseguiste. Quieres que sean más inteligentes, que tú. Que elijan mejor. Jugadas más acertadas. No quieres que sean tontos ni que actúen como tales".

Desde su podio, con un pie en este mundo y otro en el otro, Viola se siente en condiciones de juzgarlos a todos, y lo hace. Pero luego, en los sucesivos capítulos, veremos que también ellos si no tienen razón –que sería difícil determinar– sí que "tienen razones", que diría Mairena.

Y el primero de ellos, su ex–marido, Clay, a quien trata con dureza pero con un deje de añoranza que no descarta reconciliaciones futuras. Clay, sin embargo, cuando se explica, demuestra que él ya no está por la labor, y da razones de peso para confirmarlo. Viola, la omnipresente Gran Mujer, le ha anulado casi totalmente durante sus años de matrimonio. "Una mujer puede desgastar a un hombre" (pág 51). Él ha encontrado la paz en otra relación con una mujercita mucho más dulce. Pese a ello, tras visitar a Viola en la UVI, descubre horrorizado que se ha olvidado las llaves en su habitación y pasa su buena media hora mojándose en el parking –mientras hilvana el discurso interior que constituye su capítulo– antes de atreverse a regresar por ellas...

Viola ha dejado escrito páginas antes que cometió un error al casarse con "el primer hombre que fue amable conmigo, que me mostró plena atención y me proporcionó un placer interminable en la cama". Una noche, mientras ve Casablanca en la TV se pregunta si ella haría por Clay lo que la Bergman por Bogart. "¿Iría tan lejos por él? Mucho antes de que Humphrey e Ingrid llegaran al aeropuerto, sabía que la respuesta a esa pregunta era no".

Luego le toca el turno a su hijo Lewis, quizá el más problemático. Delincuente ocasional, ex–convicto, incapaz de manejarse sólo en la vida, termina siempre recurriendo a Viola, pero ella ha decidido ya dejar de responsabilizarse: le da por perdido. Pero también Lewis, cuando logre explicarse, demostrará su parte de verdad, sus problemas –reales y no fingidos como piensa Viola– su enfermedad degenerativa, etc.

Janelle, otra hija, le lleva a casa a su nieta Shanice y Viola detecta en una enfermedad nerviosa lo que cree una situación continuada de estupro por parte de George, el segundo marido de Janelle y el padrastro de su nieta. La sonsaca y la niña confiesa. Luego, al conocer el punto de vista de Janele sabremos que, en una escena borrascosa, la niña se desdecirá y Viola tendrá que pedir perdón a George... pero, más adelante, Janelle regresa sorpresivamente a casa y se topa de manos a boca con una escena tórrida y mutuamente consentida, entre ambos...

Convocados por la enfermedad de Viola van compareciendo los componentes de la saga familiar en sus remotas ramificaciones, conformando así un fresco contemporáneo de la sociedad norteamericana de color (la novela está situada en 1994).

Aunque los ambientes y las pulsiones tienen poco que ver con la España de nuestros días, el interés no decae y es de admirar la fluidez, la capacidad de síntesis a la vez que la profundización en algunos de los eternos problemas de toda vida humana.

Pero lo mejor es la prosa destallante y ocurrente, repleta de comentarios efervescentes y lúcidos. El esfuerzo de marquetería literaria que supone la impostación de diferentes voces que van pasando sobre los mismos temas, iluminándolos y haciéndolos distintos con su punto de vista, es también remarcable, concluyendo entre todas las voces una sinfonía coral norteamericana y contemporánea.

No es de extrañar que la novelística de la Mç Millan haya sido ya llevada al cine. Su anterior novela, "Esperando Un Respiro", fue incorporada a la pantalla nada menos que por la cantante Whitney Houston.
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