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Tupán
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por Antonio Ruiz Vega
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El autor, brasileño pero de abuelo sueco –de ahí el Böstrom con su diéresis septentrional–, ha alcanzado gran éxito en su país natal con la trilogía "El Mago De Los Cristales", "La Sabiduría De Las Piedras" y "El Camino Interior". Se la comparado con Paulo Coelho y parece estar en la misma línea esotérica, Nueva Era, etc.
"Hace unos años¸-dice- me despedí de Brasil, escandalizado de la realidad política, social, espiritual y humana, y amenazado por la pérdida de ideales y de utopías fundamentales. Me fui a vivir a España, donde me encontré con múltiples realidades, una materia prima mágica y alquímica, y naturalezas que me enamoraron. Y me quedé".
Tupán, es un nativo de la tribu tupí, y vive en un país que, aunque camuflado bajo otros nombres, sugiere Brasil (se habla de "Las Brasas"). El autor hace la apología de los pueblos indígenas precolombinos que vivían en un estado poco menos que idílico antes de la llegada de los cristianos, que les trajeron, literalmente, el infierno. En eso cabe estar de acuerdo, por supuesto, no tanto en su creencia de que en el medievo, en Europa, "casi todos eran esclavos", pero, en fin.
El autor ha concebido una saga iniciática en la que el protagonista va recorriendo diversos escenarios en busca de la piedra Clau (llave, en catalán, pueblo al que dice admirar por haber vivido unos años en Cataluña), y de la Tierra sin Mal, con el objeto de liberar a su madre, Diamantina, a Alejandrita y a Celestina. El culpable de todo es Antimonium. La mayoría de los protagonistas y actores de esta obra son piedras preciosas y el papel de este Antimonium (su nombre, como explica, viene de "anti" "monjes", por haberse envenenado con antimonio una comunidad medieval) es el del malo de la película, con atributos que pueden corresponder a los USA a la Trilateral, los causantes de la Globalización, el Capitalismo internacional, etc. Pero incluso este Antimonium, malísimo, tendrá ocasión de explicarse y tratar de convencer a Tupán, aunque parece que sin mucho éxito.
Mientras va prosiguiendo su viaje iniciático por las Nueve Dimensiones, Tupán va aprendido cosas, aumentando su sabiduría.
El tono y el estilo es bastante sencillo, hasta el punto que con algunos cambios pequeños podría ser un libro para niños, dada su ingenuidad.
En cuanto al contenido filosófico o ideológico está dentro del esoterismo espiritualista de la Nueva Era, mezcla de varias corrientes místicas.
En la página 53 hay algo así como una declaración de principios, cuando habla de tres tipos de cristales. Los "mono" (monoteístas) son violentos, exclusivistas, destructivos. Los "poly" (politeístas) son "partidarios de la multiplicidad y de la cantidad" aunque no se preocupan de la calidad "pero eso ya es un avance. Son más abiertos, pero tienden a caer constantemente en la represión de lo contrario Y se pierden ahí". Los "holy", u holistas, "son los cristales humanos más avanzados. Poseen una visión ampliada que refleja una diversidad creativa de realidades y vida".
En su deambular por los mundos, que a veces transcurre en barco, se topa con conflictos violentos, como el que enfrenta a Norte y Sur, y no se está refiriendo, o no solo, a cuestiones geográficas.
La dialéctica entre la diversidad y los valores universales está aquí planteada, aunque resuelta en una síntesis: "Hemos olvidado las demás culturas y la diversidad del planeta. Debemos respetarlas. Debemos crear unos valores universales que favorezcan la fraternidad. Sin los valores trascendentes, sólo nos queda la barbarie y la crueldad".
La misteriosa piedra Clau, que el malvado Antimonium también ambiciona, es un talismán poderosísimo que permite materializarse y desmaterializarse, avanzar y retroceder en el tiempo: "Puedes incluso crear universos y deshacerlos, si lo deseas".
Viaja también a la Ciudad del Sur, una macrourbe donde las masas famélicas tratan de penetrar en la parte opulenta, defendida por cuerpos policiales. Es una parábola de la moderna ciudad, adoradora del consumo, donde "Todo eran anuncios de publicidad, de productos y de cosas, que decían: `Ame´, `Trabaje´, `Compre´, `Venda´, `Gane´, `Dese Prisa´, `Procree´ y `Muérase´ ".
Tupán, cogido entre los dos fuegos de la "protección ciudadana" y la guerrilla urbana, opta por la huida.
El encuentro final con Antimonium, cuando Tupán es ya poseedor de la mitad de la piedra Clau, es de gran tensión, pese a que el "malvado" intenta sobre todo convencerlo y defender su postura.
La novela queda abierta, sin concluir, puesto que Tupán deberá proseguir, en el futuro, su camino iniciático.
La idea de escoger como personajes gemas y piedras preciosas es original y el libro se lee bien aunque peque, quizá, de cierta ingenuidad, como hemos dicho.
Por cierto, que por alguna razón Antimonium no figura en el glosario de personajes del final. |
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