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Tu Mente Puede Curarte
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por Silvia Rodríguez
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Pocos serán los que no hayan escuchado hablar de las llamadas enfermedades "psicosomáticas", tan propias de aquellos conocidos como hipocondríacos, capaces de hacer manifestar en su propio organismo los síntomas de alguna dolencia e, incluso, hacer que ésta se convierta en real, todo ello provocado por la obsesión de dichas personas de que están enfermos. Éstas "dolencias imaginarias" pueden manifestarse como reales, la mente puede llegar a controlar al cuerpo a su antojo.
Pero no sólo esta angustia a enfermar puede llegar a dañar nuestra salud mental y física; la relación con nuestros progenitores, la educación recibida, las normas y patrones de conducta "aprendidas", nuestros miedos y traumas, la convivencia con los demás... son algunos de los aspectos que "contribuirán" a una buena o mala salud mental. Es increíble cómo puede llegar a afectar a nuestra vida cotidiana aferrarnos a ideas, prejuicios, pensamientos erróneos, llegando incluso a que adoptemos actitudes incapacitantes, impidiéndonos a hacer cosas y a desarrollarnos como individuos libres y felices con nuestra vida y con los que nos rodean.
No se trata de "tragar" o de "poner la otra mejilla", sino de aceptar lo que es inevitable o nos desagrada como parte del "aprendizaje de la vida", a conocernos a nosotros mismos para poder controlar nuestros pensamientos negativos y, lo más difícil aunque primordial, aprender a perdonar ciertas actitudes de aquellos que nos hayan hecho daño e influenciado a lo largo de nuestra vida. Sólo con querer crecer, llámese espiritualmente o personalmente, con querer ser mejor ser humano en total armonía y coherencia con lo que pensamos y realizamos, con querer estar en paz con los que nos rodean, nuestro equilibrio mente-cuerpo se mantendrá.
Si esto no ocurre, la consecuencia será una mente enferma y, por tanto, un cuerpo enfermo.
Este libro servirá, pues, para que el lector haga un repaso de cómo actúa, condicionado por qué pensamientos o normas aprendidas, y a la vez si ésta actitud es de apertura y aceptación o, por el contrario, de intolerancia y egoísmo. Para aquellos valientes que quieran abrir su "cabecita" y su corazón y estén dispuestos a contribuir a hacer de éste un mundo algo un poco mejor.
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