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| Tropecé Con Un Ángel
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| por Francisco J. Vázquez
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En más ocasiones de las que pensamos el amor surge de la manera más inusual y inesperada... Y quizá por ello esos amores son los que más nos marcan, porque no se buscan y sin embargo se encuentran.
Eso es lo que le pasa a Aura, protagonista de la obra. Un día, en una librería, rodeada de libros y de historias propias y ajenas, se topa con Om, un tipo peculiar del que se enamora de manera fulminante. Gracias a ese amor, ella empieza a descubrir no sólo aspectos personales que jamás había experimentado, sino que empieza a salir del aislamiento en el que había convertido su propia vida. Una vida que parece sonreirle, y que ha puesto en su camino a un hombre que le ha abierto las puertas cerradas de su hasta ahora extraña existencia.
Sin embargo las cosas nunca son como parecen. Y aquí tampoco lo serán... Porque Om termina confesándole que no es más que su ángel de la guarda, alguien que está aquí por una misión que nada tiene que ver con el amor, y sí con su trabajo más allá de las barreras terrenales: ha venido para evitar que ella se encamine hacia la senda del camino erróneo, que haga trizas su vida y la de quienes la quieren. Así, él podrá ganarse sus alas, y dejar este trabajo en el que una tras otra pasan vidas por sus manos... vidas que pertenecen a humanos... humanos a los que se les acaba cogiendo cariño y de los que es doloroso separarse.
Pero al revelar su identidad OM ha cometido un error también. El mismo que pretendía evitar en Aura. Al darse a conocer su verdadera naturaleza Om será llamado al Cielo y castigado de la manera más sutil y cruel que para un ángel existe: se le concederán las alas, pero éstas estarán atadas.
TROPECÉ CON UN ÁNGEL es una novela de fantasía que entrelaza los aspectos más crudos de nuestra socidad actual. Es una mezcla interesante y llamativa de lo que los seres humanos somos, y en lo que creemos. Un crisol inestable en los que nuestros sentimientos luchan por salir ante la inefable necesidad de reprimirlos.
¿Lo más llamativo? Que cualquiera de nosotros podría ser su protagonista.
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