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| Triángulo Escaleno
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| por Lorena Jiménez
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Seguramente todos aquellos a los que nos gusta leer alguna vez hemos probado a ponernos delante de un folio en blanco con un bolígrafo, esperando a que las musas nos visitaran y nos dieran la inspiración necesaria para trasladar nuestros pensamientos, ideas, sueños… desde ese constructo llamado mente a algo más sólido y tangible, en forma de letras escritas en papel.
A esto se dedicaron durante muchas tardes los tres autores de “Triángulo Escaleno”, a trasladar esas entidades llamadas ideas al papel en forma de relatos cortos, constituyendo este libro.
De todos es sabido que un triángulo escaleno es una figura geométrica que se caracteriza por tener tres lados y tres ángulos distintos entre sí. Tan distintos como la forma de escribir de los tres ángulos responsables de construir este libro: Jorge Biarge Fanlo, Sergio Perales Tobajas y Ernesto Sierra Sanz. Distintos, pero con la complementariedad necesaria para conseguir esos ciento ochenta grados que dan estabilidad y unidad al triángulo.
Así, este libro se divide en tres partes claramente diferenciadas entre sí, recogiendo cada una los relatos que cada cual aporta para la geometría del libro, y que al leer ponen de relieve las diferencias entre estos tres ángulos. Merece la pena destacar también las ilustraciones que introducen cada uno de los relatos, muy ilustrativas y que recogen gráficamente el tema del mismo y que han sido realizadas por Ciro Soriano, amigo de los autores.
En la primera parte, Jorge Biarge Fanlo utiliza como eje para sus relatos situaciones cotidianas que a cualquiera pueden sucederle, tratadas con el enfoque analítico de quien quiere describir hasta el mínimo detalle físico y de pensamiento, quizá con el fin de que el lector pueda empalizar de alguna manera con ellas. Dentro de sus relatos resulta curioso leer esa especie de pequeño ensayo en el que se trata el tema de la relación algo más que de camaradería que quizás existió entre la pareja más famosa de la historia detectivesca literaria, Holmes y Watson… como digo, curioso sin duda.
De esta visión analítica pasamos bruscamente a un mundo casi caleidoscópico en su concepción, onírico, casi absurdo, en el que nos sumergimos de la mano de Sergio Perales Tobajas. Un mundo abstracto y fascinante, que deja entrever un mundo que para algunos sería el ideal para escaparse de la realidad, mientras que para otros la sola posibilidad de que se pueda entrar en él podría causarles terror, angustia, a juzgar por lo que se desprende de algunas de esas líneas.
Los tres ángulos se completan con Ernesto Sierra Sanz, que nos da la mano para cruzar de nuevo el puente hacia lo real, a situaciones reales en las que se analiza menos y se explica más, dando algo más de importancia al diálogo entre los personajes, lo que hace de sus relatos algo fluido y rápido, que casi permite sentir en su lectura como el tiempo se va escapando deprisa mientras avanzamos en esas líneas.
Como digo, una combinación de estilos perfecta para completar los grados del triángulo. Además, al final cada uno de los tres nos obsequia con un relato más, como si fueran esos tres puntos que faltan para completar el trazado de los lados del triángulo y para reafirmar un poco más su estilo a la hora de escribir.
Seré sincera. Cuando me mandaron este libro electrónico para leerlo, pensé que no sería capaz de hacerlo por eso de la falta de encanto que supone tener que pasar las páginas con el ratón y no poder acariciar el papel con los dedos. Y supongo que a muchos les pasará lo mismo, así que les gustará saber que “Triángulo Escaleno” también se puede encontrar en papel además de en formato electrónico, para que aquellos a los que les da un poco de aversión el tener que utilizar el ratón en lugar de los dedos también puedan disfrutar de esta colección de relatos cortos.
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