|
Titanes De Los Fogones
|
por Francisco J. Vázquez
|
|
Cuando llegó a mis manos TITANES DE LOS FOGONES, por envío directo del compañero Alberto Granados, no podía imaginar que iba a encontrarme con un libro que me depararía tantas y buenas sorpresas. Aunque a alguien le pudiese resultar extraño yo pensaba que me iba a topar con un libro sobre gastronomía, pero no... resulta que la obra de Merino y Granados no la podríamos clasificar dentro de esa temática ya que, si bien es cierto que abarca mucho de ella en su interior, también aborda mucho de historia, de experiencia humana, de corazón, de fuerza, y lo que es más importante, de persecución de sueños, objetivos y logros. Y es que TITANES DE LOS FOGONES se acerca el lado más humano de aquellos que con su trabajo, su esfuerzo y su dedicación nos hacen, día a día, felices en cierta medida.
He de reconocer que yo gastronómicamente hablando no soy un experto. Sin embargo, puedo presumir de haber comenzado a hacer mis pinitos en ese interesante y gratificante mundo, puesto que de vez en cuando y siempre por curiosidad tiendo a ampliar mis conocimientos en dicho campo. Éste es uno de los muchos temas que tenía pendientes. No me da vergüenza decir que gracias a la obra que aquí se comenta he perdido cierto miedo a aquellos elementos que por desconocimiento y quizá por una imagen que no se ajustaba a la realidad tenía de determinadas nociones.
Así, hay que desterrar supuestos mitos falsos como lo de que la comida de calidad, en restaurantes de categoría, está fuera del alcance de los trabajadores (la gran mayoría de los que suscribimos), o que sus responsables son personas que se alejan de su público para imbuirse en sí mismos y sus creaciones.
Leyendo el presente libro he descubierto el lado humano de esos genios de la cocina, he aprendido que ninguno ha llegado donde está por el camino fácil, que el esfuerzo y el tesón son las armas que utilizaron para conquistar ese espacio merecido en el universo gastronómico, que su fama no sólo procede de sus platos sino también de sus clientes (el boca a boca es la mejor publicidad que existe), o que ninguno es conformista y se estanca en una posición cómoda sino que tiende a seguir aprendiendo y mejorando.
También he aprendido que el precio no está reñido con la calidad, y que un viaje puede ser sinónimo de aventura, de diversión, de cultura y, por qué no decirlo, también de exquisiteces culinarias que tenemos la oportunidad de degustar ya que estamos allí.
Resulta gratificante encontrarse libros de la talla de TITANES DE LOS FOGONES, y comprobar es sus páginas cómo los viajes de sus autores dan para poder agrupar un montón no sólo de maestros gastronómicos, sino también de amigos, de gentes cercanas que han sabido dar su cariño y obtenerlo de sus visitantes. Es un libro que va a dejar un buen sabor de boca entre los lectores... en todos los sentidos, hasta en el literal.
|
|