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Sueños De Hadas Sin Hada Madrina
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por Francisco J. Vázquez
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Hay ocasiones en los que un poema, con apenas unas palabras enlazadas, consigue transmitir más a un lector que cientos de páginas que narran o plantean un problema, una inquietud, una simple desazón... Es la magia de la poesía, de los sentimientos, de escribir aquello que uno piensa y poder reflejar en otros aquellas emociones que cruzan libremente los campos de la mente del poeta.
Alejandro Pérez Guillén es uno de esos poetas, uno de esos personajes dotados con la capacidad de emocionar a quienes se adentran en sus escritor. No todos los que escriben son capaces de transmitir, pero Alejandro sí. Tiene ese "don" que unos buscan y a veces jamás encuentran, y otros que no lo buscan lo poseen de forma innata.
"Sueños De Hadas Sin Hada Madrina", editado por la Editorial Alhulia, es el segundo libro de Pérez Guillén. Para aquellos que hemos tenido la suerte de conocer desde hace años al autor, leerlo resulta no sólo un sumo placer, sino también una gran satisfacción al ver los avances y la profundidad alcanzados en tan poco tiempo en su obra. Avances que, sin lugar a dudas, son fruto de un cúmulo de circunstancias, unas de índole literario y otras, qué duda cabe, de índole personal, que son las que más marcan y las que más se dejan ver en el presente volumen.
Si bien es cierto que la poesía es muy subjetiva, y quizá esa sea una de las características más loables de tan bella capacidad humana, lo realmente interesante es que todos y cada uno somos capaces de ver e interpretar nuestras propias vivencias, nuestras propias experiencias. Sólo hay que dejarse llevar y encontrar aquellos momentos que por buenos o por malos dejaron marca en nuestra alma.
"Sueños De Hadas Sin Hada Madrina" está plagado de esos momentos, de esos guiños a las vidas de los lectores que sentirán, a cada página, a cada verso, que el dolor, la alegría, la perdida de amigos y familiares, el primer amor, los desengaños, la rabia, la impotencia, las lágrimas, la risa... son, en cierta medida, patrimonio de todos y al mismo tiempo posesión de cada uno. Y es que, mal que le pese a muchos, los humanos somos más parecidos de lo que se cabría pensar, y quien más y quien menos ha llorado, ha amado o ha odiado...
Y es que ya lo dice Pérez Guillén es su obra:
"...En las fosas del recuerdo
las palabras calladas
suenan jóvenes
en la memoria,
pero jamás en el cuerpo..."
"...No me abarca el amor en el pecho,
ni me abarca tu vida en un poema..."
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