|
Prisma
|
por Beatriz Zubeldía
|
|
A veces, una misma realidad se muestra de dos maneras totalmente distintas, dependiendo de quién la esté mirando y de la manera en la que es observada.
Algo así ocurre con "Prisma". El autor nos habla en sus poemas sobre la vida, sobre sus experiencias, sobre el amor y el desamor, sobre su peculiar visión del mundo que le rodea. Plasma en cada verso emociones que todos hemos sentido alguna vez, pero sabe darles ese toque especial que consigue hacernos pensar y ver sus escritos como algo nuevo y diferente.
El libro se divide en diferentes bloques temáticos: ELLA, ELLOS, ÉL, AQUEL e INCERTEZAS. En cada uno de ellos se nos muestran poemas intimistas, complejos, cargados de rabia contenida en metáforas y alusiones históricas.
ELLA contiene amor, pero sobre todo amor roto. Habla de la mujer, del dolor, de la angustia y sus recuerdos, donde el autor parece ensañarse contra su suerte y se lamenta por su corazón malherido. Lejos de mostrarse débil y desolado, sus poemas nos dejan un sabor de boca amargo, pero nos muestran su lado más fuerte y luchador. Un ejemplo de ello se observa en estos versos de “No es más que nada”: “Yo te pido, con el corazón, con mi piel –lo que soy- /que cuando cierres los ojos en tu cálido lecho /aprietes las sábanas y sientas rabia y dolor /por no tenerme a mí entre tus brazos”.
En ELLOS encontramos más intimismo por parte del autor si cabe, más alusiones a su rabia interior y a ese dolor que le consume por dentro. Nos habla del mundo, de la sociedad, y se muestra tal y cómo es, dejándonos entrar en su mente y conociéndole un poquito más. Hallamos en estos versos algo de miedo, temor por el paso del tiempo, de la vida, de lo diferentes que son las cosas cuando se alcanza cierta madurez física y mental.
ÉL continúa la línea del paso del tiempo y de lo efímero, y en él encontramos poemas como “el hijo del viento”, “el hijo del hierro” o “el hijo del tiempo”, donde hace un repaso hermoso y emotivo sobre su vida, y el autor nos confiesa haber vuelto a la vida tras encontrar a su amada.
AQUEL esconde sentimientos religiosos, la visión del autor sobre el más allá y sobre Dios. “No digas una palabra, /que las palabras son nuestras. /Haz, simplemente, con tu belleza, /para que mis ojos puedan soportarlo”.
INCERTEZAS, quizá el bloque más corto del libro (pero no por ello menos denso), habla del amor otra vez. Y de cómo se puede y se debe salir de aquel amor que hace daño... De querer y no poder, de desear y no sucumbir al deseo. “Todavía soy libre, lo logré, /muero por besarte ahora. /Por tocarte, porque me toques, /depende de mí, de mí depende”.
En definitiva, "Prisma" es una obra compleja y cargada de emociones, de sentimientos, de ideas contrapuestas, de rabia, de amor y de ira reprimida. Pero por encima de todo está la humanidad, esa sinceridad con la que el autor parece entregarse plenamente a sus versos y con la que podemos hallar, escondida entre estrofa y estrofa, la verdadera esencia del hombre.
|
|