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| Perdonad Si Añoro El Infierno
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| por Francisco J. Vázquez
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Egipto es uno de esos países exóticos donde el turismo descubre las maravillas que los antiguos hombres legaron a la humanidad. Un país de contrastes, de misterios, de colores y olores que no pasan desapercibidos para el viajero. Un crisol de elementos que hacen del 'País de los Faraones' un lugar anhelado por aquellos que creen aún en el romanticismo de las viejas historias, de los antiguos mitos, de las olvidadas deidades...
Sin embargo, lejos de las rutas turísticas, de los hoteles de lujo, de los monumentos, de la historia olvidada, se encuentra un mundo oscuro, tenebroso, cruel y desalmado que no aparece en los mapas, que no queda al alcance de la vista, y que sin embargo cohabita con ese otro lado aparentemente perfecto y lleno de diversión: es el mundo del crimen, del hampa, de la prostitución. Un mundo de sufrimiento, de crueldades, de asesinos y violadores, de secuestradores y ladrones, que como en cualquier otro lugar, han sabido asentar las bases de su dominio sobre el sufrimiento de inocentes.
En PERDONAD SI AÑORO EL INFIERNO Alberto García Arocas nos muestra ese otro lado, el menos conocido de un lugar tan peculiar como Egipto y de otro tan particular como El Cairo, donde se encuentra 'El Harafish'. El sitio es uno de esos centros de 'poder oculto', donde el crimen es su dueño y donde el sexo es el principal negocio, sin relegar otros como la extorsión, la amenaza o el propio asesinato.
PERDONAD SI AÑORO EL INFIERNO es una novela dura donde García Arocas hace alarde de los conocimientos que sus numerosos viajes por el mundo árabe le han deparado, así como sus conocimientos sobre el idioma, la sociedad y la cultura. Los suburbios son los protagonistas de esta gran historia donde sus habitantes, sus vidas, lejos de estereotípos novelados, son fiel reflejo de un caldo de cultivo de descontento con todo y con todos que, sin necesidad de profundizar, cualquiera puede ver reflejado en el libro.
El ser humano es estado puro. La vida como es la vida real: dura, violenta y complicada. Sin duda, un gran libro para una buena historia.
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