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Perdidos En La Noche
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por Francisco J. Vázquez
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La lluvia hace estragos en la ciudad inglesa de Kingsmarham. Durante las últimas semanas no ha dejado de llover, y si bien no lo ha hecho de forma violenta, las precipitaciones han sido tan continuas que la tierra ya no consigue absorber más agua. Puesto que las nubes que descargan de forma reiterada no dan la más mínima señal de tregua o debilidad, la población vive al borde de la inundación, temerosos de un desbordamiento y de los daños que eso puede ocasionar en algunos barrios y tierras bajas cercanas a la población. De hecho algunas zonas de la ciudad tienen ya sus calles bajo una capa fina aunque permanente de agua. Y el río Kingsbrook, que normalmente apenas es un leve discurrir, está ahora como nunca antes se había visto: su imagen, fuera de lo habitual, recuerda al Thamesis en sus puntos de desembocadura. Por si eso fuera poco, las previsiones meteorológicas no son nada halagüeñas.
Wexford, inspector jefe de la policía de Kingsmarham, no podía suponer nada peor que ver su casa, sus muebles y sus libros afectados por la inminente crecida del río. Su hogar, si bien no estaba bordeando las orillas, no tardaría mucho en empezar a parecerlo. Las tierras próximas a su vivienda estaban siendo poco a poco, centímetro a centímetro, engullidas por las aguas a medida que la noche avanzaba. Y como contra los designios del Cielo no cabe formulario de queja y sí la resignación, decidió que, al menos, si ocurría lo que se temía algunos muebles y todas sus obras de lectura estarían a salvo en la parte superior de su vivienda. Fue entonces, al acabar tan improvisado y apremiante traslado de objetos, cuando el teléfono de casa sonó. Un subordinado, un compañero, le informaba entre otros asuntos de la desaparición de tres personas. Nadie podía suponer, en aquel punto, en aquel principio, la oscura trama que se escondía ante un suceso de semejantes características.
Dos adolescentes, dos hermanos (Giles y Sophie Dade) han desaparecido de su casa junto con la canguro encargada de cuidarles. Sus padres, a la vuelta de un viaje relámpago de fin de semana a París, descubrieron que sus hijos no estaban en el hogar: no había señal de ellos ni del adulto que los cuidaba (ni una nota, ni las camas deshechas, y apenas faltaba ropa). Inmediatamente se dispara la alarma sobre el paradero de las tres personas, y decenas las hipótesis de trabajo que baraja la policía. El caso, en manos del inspector Wexford, será uno de los que más quebraderos de cabeza le de a este eficiente policía, y sin duda uno de los más difíciles y rocambolescos que se hubiera echado a la cara a lo largo de todos sus años de servicio. Pero no hay nada como la perseverancia, y las ganas de aclarar un misterio para poder llevar a buen término cualquier empresa que uno se proponga, y eso es lo que Wexford se había planteado con este extraño acontecimiento.
"Perdidos En La Noche" es una novela de misterio, de intriga, de esas genuinas que te mantienen enganchado al desarrollo de los acontecimientos desde el mismo momento en el que te sumerges en sus páginas. Una novela al más puro estilo policiaco donde la violencia brilla por su ausencia, y donde la trama, llena de vericuetos, personajes, lugares y enredos propios en unas ocasiones de malos entendidos, en otras de prejuicios y en otras de miedos, se convierte en un enredo continuo donde, si el lector no se anda listo, no es complicado perderse.
Resulta increíble como situaciones que son del ámbito estrictamente familiar pueden en ocasiones desbordar los acontecimientos, llenar el recipiente donde se encuentra la paciencia y dejar escapar un caudal de sentimientos que desembocan en las más descabelladas aventuras. Sin embargo, es un hecho constatado que en más ocasiones de las que imaginamos (y como dice el dicho), la realidad supera con creces a la ficción, por eso... ¿qué impide que mañana seamos nosotros víctimas de acontecimientos similares a los narrados en la obra de Ruth Rendell?
Sin lugar a dudas "Perdidos En La Noche" dejará un buen sabor de boca, y abrirá vocación por los libros de un género como el policiaco, del que muchos han oído hablar, pero del que no tantos saben a ciencia cierta qué es y qué contiene. Y esta, qué duda cabe, es una buena oportunidad de conocerlo.
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