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| Orcos
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| por Francisco J. Vázquez
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La Banda de los Hurones es un grupo militar de élite compuesto casi exclusivamente por orcos. 'Casi' porque un enano forma parte del mismo. Son guerreros temibles, y juntos luchan al servicio de la bruja Jennesta, a la que están sometidos no sólo por deber, sino también por miedo. No puede decirse que sean un grupo de soldados modélicos, ya que las envidias, los celos, los roces, las amenazas y las peleas internas son parte común del día a día cotidiano en el grupo. Sin embargo, a la hora de luchar son un todo, un conglomerado compacto y entrenado capaces de cumplir las más arriesgadas y difíciles misiones. Son una banda temible y son, posiblemente, los mejores.
Quizá por su fama, por su estatus ganado en el campo de batalla pasando a cuchillo y espada a tantos y tantos enemigos, reciben un encargo 'especial' de parte de la Jennesta. Una misión que no aparenta ser difícil de cumplir en principio y que sin embargo parece ser de vital importancia para la bruja. Hay que atacar un campamento de esos 'despreciables' humanos y recuperar un cilindro. No debe ser abierto, y ha de ser llevado a presencia lo antes posible. ¿Qué contiene? Nadie lo sabe, y la experiencia les dice que es mejor no preguntar.
La Banda de los Hurones acude a la 'cita' y, con la oposición lógica pero no insalvable de aquellos seres humanos, consiguen encontrar el cilindro ansiado por la bruja. Pero no hay nada fácil en la vida, por mucho que las estadísticas se empeñen. Presas de una emboscada planificada, los 'Hurones' son atacados y pierden el objeto por el que se les había enviado. Así que tienen dos opciones: o vuelven a casa con las manos vacías y desatan la furia de la que encargó la misión, o van tras los ladrones para intentar recuperar el cilindro. Ninguna de las dos opciones es apetecible, pero sin duda la segunda les hará mantener sus vidas, al menos, más tiempo.
Ese será el inicio de una de las mayores aventuras en las que se verán envueltos los componentes de los 'Hurones', una trama que discurrirá por senderos que ninguno de ellos espera, y que servirá para hacerles ver que sus vidas, independientemente de su valor, su sentido del deber o o su determinación, no les pertenece a ellos, sino a un Destino que ya ha elegido por ellos.
ORCOS, de Stan Nicholls, es un volumen editado por Marlow que auna los tres títulos que componen la trilogía: LA BANDA DE LOS HURONES, LA LEGIÓN DEL TRUENO y GUERREROS DE LA TEMPESTAD.
La obra es un trabajo novedoso, no tanto por los seres épicos y de leyenda que en él aparecen sino por el trato que se les da, o mejor dicho, la visión desde la que se cuenta la historia. Por primera vez se ve 'el lado' de estos seres, de los orcos, que siempre habían sido retratados en la literatura fantástica como seres abominable y sin escrúpulos. Aquí, en cambio, se les ve organizados, con sentimientos, con características nada envidiables a las de los humanos (paradójicamente, seres a los que odian por lo que a su raza le han hecho, le hacen y le harán sufrir).
Resulta inquietante verse en el papel de leer y sentir simpatías por seres que uno esta acostumbrado a encontrarse al otro lado en las novelas. Recordar, por ejemplo, los orcos que aparecen en EL SEÑOR DE LOS ANILLOS de Tolkien, y verse inmerso en las aventuras de los que aparecen en el ORCOS de Nicholls, es como ver polos opuestos en una raza de saga épica. ¿Alguien podría imaginar, por ejemplo, elfos malvados? Pues... adentrarse en las páginas de este libro y desentrañar los misterios de la raza orca, de cómo viven el día a día, de qué sienten, qué comen, qué les preocupa o cómo sobreviven, hará que uno se plantée la buen salud con la que puede contar un género como la literatura fantástica si mañana empieza a explorar los 'otros lados' de esos personajes que han estado en un bando o en el otro del bien y del mal en tantos y tantos libros, en tantos y tantos mundos, en tantas y tantas mentes.
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