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Muerte De Un Viajante
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por Silvia Rodríguez
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Willy Loman es un hombre de negocios, un viajante que debe ir de estado en estado para realizar sus ventas. Esposo y padre de familia, Willy se interna en la gran ciudad, bajo las sombras de los grandes edificios donde sobrevive el mundo voraz del vendedor, en el que la mentira y la competencia más feroz son las características predominantes.
A punto de perder su trabajo, no puede pagar las facturas y su vida familiar se desmorona: sus hijos Biff y Happy no le respetan y parece no estar a la altura de lo que un padre debe ser para un hijo. Loman se encuentra ante la gran incógnita de su vida: qué hizo mal y cómo puede mejorar su situación y de las personas que le rodean.
Un dramático retrato de la vida norteamericana que narra la historia de un hombre que llega a la desesperación. Nuestro protagonista reflexiona sobre su vida y ve cómo se desmorona delante de sus hijos; no sólo ofrece el autor una mirada lúcida y crítica de la sociedad norteamericana sino, y es lo más importante, la angustia, los conflictos y las contradicciones del hombre contemporáneo, inmerso en su sociedad.
"Muerte De Un Viajante" podría considerarse como la profecía de un visionario que, en el año 1949 ya vislumbraba el resquebrajamiento de la llamada "sociedad de bienestar" de un futuro no muy lejano: Willy Loman aparece como un héroe en un mundo en el que éstos ya no existen y se empeña en dejar para la eternidad la huella de su paso, sin conseguirlo.
Sin duda, una obra que invita a la reflexión, sobre el precio que hay que pagar para alcanzar, en este caso, el llamado "sueño americano", y de cómo los que te rodean pueden llegar a convertirse en auténticas "sanguijuelas", exigiendo de uno cada vez más, sin ofrecer nada a cambio, y minando la fuerza y autoestima del que debe conseguir todo ello, también, como no, de cara a la sociedad: el "aparentar" hace acto de presencia entonces, y con más intensidad, en la actualidad "sociedad de consumo".
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