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Método De Inteligencia Sexual
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por Francisco J. Vázquez
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Cuando hablamos de sexo tendemos a pensar que lo sabemos todo de él. Gran error el nuestro, ya que solemos tener en mente como únicos objetivos el placer y el mero contacto físico con la otra parte. Y sin embargo hay mucho más detrás de las relaciones sexuales que se nos escapa.
La mayoría de la gente cree que la energía sexual es algo que se agota a lo largo de nuestra vida. Sin embargo, en este libro vamos a encontrarnos que no es algo tan simple e inevitable. La energía sexual viene a ser como un combustible interior que se puede acumular, aumentar o utilizar con otros objetivos que superan con creces contacto y placer. De hecho, parece ser que la clave de este aprovechamiento es poder conocer previamente las experiencias de otras culturas al respecto y crear con los análisis establecidos de las presentes tendencias una nueva sexualidad, donde nosotros aportaríamos nuestra propia experiencia espontánea y privada. Es decir, inventaríamos nuestra propia sexualidad bajo una amalgama de conocimientos. A fin de cuentas, y pese a la creencia popular, el sexo no sirve sólo como método de procreación o de disfrute. Es también un elemento que nos aporta conocimientos, sabiduría, experiencias dispares y que nos permite obtener consejos prácticos que enriquezcan no sólo nuestra vida sexual, sino también la espiritual. Si lo conseguimos, nuestra vida personal también se verá mejorada.
¿Qué vamos a conseguir con la lectura de este libro? Pues desde poder ejercitar la respiración y meditar para canalizar la energía sexual a alimentarnos energéticamente, hacer prácticas sexuales que nos permitan alcanzar el multiorgasmo, o hacer crecer y renovar el deseo.
En palabras del propio autor, "para amar plenamente e integrar la inteligencia sexual a nuestra vida es importante que comprendamos que necesitamos convertirnos en artistas (...). El sexo es un fenómeno trascendente que nos recuerda que nuestro origen es el placer". Dicho de otro modo: "no hay amor sin voluntad", que decía Ghandi.
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