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| Mariposas
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| por Francisco J. Vázquez
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Hay destinos tan importantes que no hay
que ir a buscarlos desesperadamente,
sino dejar que ellos te encuentren a ti
Casi tres años necesitaron Susana Ramos y su marido para tener a su hijo. Tiempo más que suficiente para engendrar tres hijos. Esperaron demasiado, y aunque en más de un momento tuvieran la tentación de tirar la toalla, sabían que les destino les tendía preparado un hermoso regalo: les puso en su camino a Iván.
"Mariposas" es la historia real de una adopción, narrada de principio a fin sin tapujos, destapando la verdad que a veces se intenta ocultar, destapando el negocio que existe tras esas asociaciones que esconden un ánimo de lucro. A pesar de todos los malos momentos, la autora señala que quien se ve motivado para adoptar a un niño o niña es para dar ese amor que todos llevamos en el corazón con ganas de salir y expandirse. La adopción también es solidaridad, compromiso, responsabilidad y humildad.
Con este libro, Susana Ramos pretende hacer un llamamiento a todas las entidades gubernamentales de nuestro país que ignoran las vicisitudes por las que tienen que pasar los padres que deciden emprender un proceso de adopción.
El libro que el lector tiene entre sus manos lo sumerge en un mundo desconocido –tanto para quienes deciden adoptar, como para los que ya son padres– destapando toda la verdad sobre el proceso de adopción. Proceso largo y tedioso en el que muchas veces no se cuenta con el apoyo necesario y la burocracia sólo hace poner trabas e impedimentos para que se lleve a cabo un acto de tanta generosidad como es dar amor y una mejor vida a un niño desamparado y abocado a un futuro incierto.
Coincido con la psicóloga Mª Ángeles Arroyo en que al leer este libro se tiene la sensación de que el universo tiene un fin establecido para cada uno y que pocas cosas suceden por casualidad.
Los niños que pierden su estrella de la felicidad y viven en los orfanatos, esperan con anhelo que la magia regrese a ellos algún día. La vida de Iván transcurría entre días largos, fríos y tristes, sin besos ni abrazos, anhelando el amor de unos padres a quienes él no tenía acceso. Y esos padres llegaron un día para rescatarlo del frío del este. Ahora Iván es feliz, porque como dice su madre en este libro no hace siempre lo que quiere, sino que siempre quiere lo que hace. |
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