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Mala Sangre
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por Ana Cordón
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Estoy bastante acostumbrada a leer novela policíaca, de hecho es uno de mis géneros favoritos. Y tiendo siempre a escoger a los autores que conozco, cuyos personajes son ya casi como de la familia… el comisario Montalbano, de Camilleri o el meditabundo inspector Wallander, creación del sueco Hennig Mankell, por ejemplo. Por ello suelo mirar con recelo obras de escritores que desconozco. Pero con Mala sangre he acertado de pleno.
Se trata de una obra amena, bien escrita, bien desarrollada y con un final que, aunque quizá si nos ponemos puntillosos podría mejorar, no desmerece el resto del libro.
El inspector Escalona debe enfrentarse a dos asesinatos cometidos en pleno barrio del Raval, en Barcelona. Primero muere una mujer a los pies de una estatua gigante. Después es un mimo que hace de juez el que fallece en extrañas circunstancias. Escalona, ayudado de su equipo, debe tratar de averiguar qué ha pasado y si esas muertes, relacionadas ambas con la escultura, tienen algo que ver la una con la otra.
Lo primero que me ha sorprendido es que está bastante bien escrita. La esperaba quizá menos profunda, más banal. Y me he encontrado con un buen libro. Las descripciones están sujetas a la realidad, es decir, MALA SANGRE no tiene nada que ver con las complicadas resoluciones de los casos a los que nos han acostumbrado las series norteamericanas. Y, para amenizar la trama, hay toques de humor mezclados con una profunda reflexión acerca de la vida a cargo del inspector Escalona, que está muy cansado de que siempre le llamen comisario cuando es simplemente inspector. Escalona es un tipo muy observador, y esa observación del mundo que le rodea traspasa sus ojos y se plasma en el libro.
Leyendo esta novela te das cuenta de que ser inspector de policía no es tan emocionante ni tan espectacular como te hacen creer, y eso te devuelve a la realidad. Realidad cruel y sucia la que narran los autores, pero realidad al fin y al cabo. Lo que ocurre podría haber salido en un periódico cualquier día, más que en una serie de televisión en Prime Time, a las que se les hace cierta crítica, como si los autores hubieran tenido el deseo de marcar las diferencias entre realidad y ficción.
Y un apunte más: a quien le guste Barcelona y el barrio del Raval, disfrutará de la visión cosmopolita, desordenada, caótica y atractiva, al fin y al cabo, que de este popular barrio hacen los autores. Quien quiera pasar un buen rato leyendo una novela más policíaca que negra, diría yo, este es un título muy recomendable. |
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