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Leyendas Urbanas
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por Sara E Rodríguez
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A pesar de no existir una definición universalmente admitida de leyenda urbana, podríamos decir que se trata de un relato que se transmite de forma oral y que está siempre en continua transformación. Hoy en día la red es el soporte idóneo de difusión que mantienen vivas estas historias, en sustitución de los mass media como la radio, que por su cualidad exclusivamente auditiva se conformó como el espacio ideal para contar historias misteriosas, truculentas y terroríficas. Y es precisamente, en esta década, inaugurada por el siglo XXI, donde más han proliferado las leyendas urbanas, motivadas por la crisis social. Prueba de ello son los atentados de Nueva York, a partir de los cuales comenzaron a barajarse teorías de la conspiración y creció el rumor de que cuatro mil judíos no fueron a trabajar aquel fatídico 11 de septiembre. Estos atentados favorecieron el resurgir de la figura del terrorista compasivo que perdona la vida al cliente de un supermercado cuando éste le hace un favor. "Una autostopista desaparece; a un joven le roban un riñón; el rey viaja de incógnito y ayuda a un conductor que ha sufrido una avería; una desconocida deja escrito en un espejo que ha contagiado de sida al hombre con quien acaba de acostarse; un maníaco golpea la ventanilla de un coche con una cabeza cortada"... Historias clásicas que han dado paso a otras leyendas favorecidas por los medios de comunicación, tal es el caso del popular programa de Antena 3 "Sorpresa, Sorpresa": supuestas imágenes de zoofilia entre una adolescente y su perro que salieron en directo. Se trataba de un rumor que en cuestión de horas se extendió como la pólvora por todo el país, hasta tal punto que los propios directivos de la cadena llegaron a ofrecer una recompensa de un millón de euros para quien aportara un vídeo grabado de la emisión. De hecho, nuestro país es rico en leyendas urbanas. El investigador Jan Harold Brunvard, profesor emérito de la Universidad de UTA (Estados Unidos), repara en que muchas de nuestras historias "poseen un estilo o contenido marcadamente hispano". La cuestión inevitable es ¿por qué surgen las leyendas urbanas?, ¿qué característica consigue que una historia se transforme en leyenda urbana? Lo que cuentan estos relatos combinan nuestros miedos y nuestros deseos y la internacionalidad es su principal carácter. Ejemplo emblemático sería la historia del fantasma que hace autostop: a pesar de tratarse de una leyenda internacional, cada municipio dispone de una autostopista local. Otro rasgo destacable es el de que toda leyenda urbana que se precie, nunca es difundida por sus protagonistas, sino que son familiares o amigos quienes se encargan de transmitirla, la cual -a su vez- pasa a ser recreada por un tercero y así sucesivamente. A Antonio Ortí y Josep Sampere se les debe el haber puesto de moda el término leyenda urbana allá por el año 2000. Aquel libro (Leyendas Urbanas En España) obtuvo un gran éxito, no sólo en nuestro país, sino también a nivel internacional, evidente no sólo por los 50.000 ejemplares que vendieron, sino también por los numerosos emails que recibieron de los lectores de otros continentes, como el cineasta Guillermo del Toro. Este libro se ha convertido en la Biblia del género, por eso ahora han vuelto a publicar una edición ampliada y actualizada con nuevas leyendas, algunas de las cuales son características de esta nueva era globalizada y digitalizada. En la introducción, los autores, se esmeran en abordar de manera analítica y rigurosa los orígenes y características de estos relatos urbanos. El lector se deleitará con esta versión re-escrita contando con los testimonios que han ido aportando anteriores lectores a lo largo de cinco años. Pero incluso podríamos decir que aún está sin terminar, puesto que al lector se le invita a coleccionarlas, analizarlas, hacerlas nuevas y propagarlas. Leyendas Urbanas recopila los textos más asombrosos que han formado y siguen formando parte de la colectividad, puesto que como si de una fuerza energética se tratase, parece que ni se crean ni se destruyen, siempre están en perpetua transformación.
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