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La Trampa
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por Juan Carlos Eizaguirre
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Me resulta complicado hacer una reseña más de un nuevo trabajo de John Grisham. Salvo raras excepciones, todas sus novelas poseen calidad literaria suficiente para poder emitir un juicio positivo sobre la obra en cuestión; además, todas, salvo el Informe Williamsom, poseen una cadencia temática y estilista similares. Por tanto, ¿cómo decir algo nuevo, original, que anime a los lectores a leerlo?
Sin embargo, trataré en estas breves líneas de hacerlo en honor y respeto al autor, a los lectores y a este portal de Internet.
La trampa recuerda mucho a La Tapadera: bufetes multimillonarios, grandes hornadas de nuevos abogados recién licenciados que trabajan cien horas a la semana y algo huele a podrido en las altas esferas. El protagonista principal será un joven y brillante recién ingresado que sabrá moverse con soltura impropia de su edad para escapar de las garras de su jefes, cuando se entera de sus métodos corruptos.
Pero en esta ocasión será nuestro joven abogado quien tenga cosas que ocultar de su reciente pasado como estudiante; cosas olvidadas de una noche de juerga y alcohol. Pero hay un vídeo. Alguien, no queda claro quién, grabó las escenas de sexo con su móvil. En las escenas hay cuatro muchachos implicados; la chica ¿violada?, en estos momentos reclama justicia, pero no sabe nada del vídeo; el caso quedó sobreseído en su momento. ¿Pero quién tiene el vídeo? Esta es una de las grandes incógnitas de la novela.
Obviamente estamos ante un caso de chantaje; el joven abogado debe colaborar con los chantajistas poseedores del vídeo, sustrayendo información de un caso muy importante de su bufete. La trampa está echada: si no obedece las consignas, el vídeo será entregado a la abogada de la chica, colgado en Internet, y su futura brillante carrera será un fiasco.
En fin, les he mostrado sólo el comienzo de una gran novela de acción escrita con mucho fuste, con categoría, sabiendo llevar al lector con ritmo por los vericuetos de la trama con un estilo natural y sencillo.
Tengo para mí, que John Grisham es, entre los escritores de thillers mundiales, quizá el mejor. Pero añado otra aspecto: en líneas generales las novelas de este tipo merecen en el mundo de los libros una calificación secundaria.
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