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La Rebelión de la Estatua
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por Lucía Gil
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La rebelión de la estatua es de esos libros que nada más empezar te hacen vivir la vida de otras personas, en este caso la de Demetria. Una ama de casa, aburrida y triste, que pasa las horas escuchando la radio y observando a través de la ventana las historias que a ella nunca le pasan. Y así, dejando correr los días, se convierte en una estatua sin darse cuenta.
Aunque parezca lo contrario, la vida de Demetria no es para nada corriente. Vive un matrimonio infeliz con Eulogio, un hombre que se pasa el día borracho y pensando en violar a su hija, Nati, una prostituta de veintiocho años. Ésta, a pesar de vivir con ellos, está a punto de abandonar el domicilio familiar, ya que lo único que le retiene es la profunda conexión que tiene con su madre y la pena que siente por dejarla con Eulogio.
Entonces llega un momento en que todo cambia. Demetria se vuelve a ver a Álvaro, el amor de su juventud y por el que tiene sentimientos que creía olvidados. Después del primer encuentro, la protagonista de La rebelión de la Estatua no puede dejar de sonreir recordándole. Evocando su amabilidad, su pelo rubio, sus ojos claros y, sobre todo, su voz. Una voz que sigue siendo suave, envolvente, muy varonil. Pero como siempre, no todo es lo que parece y la vida de Demetria no sólo no se arregla con la llegada de Álvaro, sino que se complica aún más cuando este empieza a jugar a dos bandas.
La rebelión de la estatua podría parecer un libro más, que cuenta una historia vulgar e imposible, pero que puede hacerse realidad en la vida de la persona que menos nos esperamos. Aquella que mira la vida pasar a través de la ventana de casa.
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